La Escuela del Rino Volador

En la escuela secundaria del Rino Volador todo puede pasar. Hay un estudiante amargado (Eugenio) que está escondido en el cuarto de calderas de la escuela y ha creado un sistema computarizado para controlar la escuela y crear mundos virtuales que aterrorizan a los alumnos. En este episodio, Eugenio genera un mundo prehistórico con dinosaurios de verdad que están a punto de acabar con la escuela. Pero Marcos, el genio del grupo, diseña un plan para provocar una helada que hace huir a los reptiles. Eugenio sufre y se exaspera.

En una clase de biología, la maestra Bonete lleva a clases unos pescados exóticos para usarlos como auxiliar didáctico. Uno de los pescaditos es casi idéntico a Eugenio. Cuando Neto se da cuenta y lo menciona en clase, Eugenio, que tiene cámaras y micrófonos ocultos por toda la escuela, hace un gran berrinche y provoca una tremenda inundación en la escuela: con tiburones y enormes peces carnívoros. Pepe, Marcos, Lydia, y Rita, el grupo de estudiantes aventureros, decide usar la gigantesca olla de presión de la Cata, la cocinera, como un submarino. Obstruyendo una salida de presión submarina logran generar un terremoto que destapa los desagües, salvando así a la escuela.

En este capítulo se trata el tema de los egipcios y una de las famosas maldiciones que suelen tener las tumbas de los faraones. Se habla de un faraón de nombre Tinster, que resulta ser un personaje ficticio. Los niños de la escuela se introducen en la aventura egipcia a partir de una película que la maestra, Marcos y Earl ven la noche anterior. Marcos se deja llevar por lo que sabe a partir de lo que vio en la película para salir del embrollo en que se meten. Lydia trata de resolver el problema con los conocimientos que adquiere de un libro de historia egipcia. Earl, elabora todo un escenario egipcio y se proclama faraón Fantu, cuya tumba tiene una maldición que caerá sobre aquel que haya penetrado en su cripta. Los niños se las ingenian para salir, aunque les cuesta trabajo por la gran cantidad de pasadizos y laberintos que hay dentro de la pirámide.

Eugenio intenta imitar al doctor Frankestein y manda a Raticus a conseguir las piezas para su creación. Sólo que Raticus rompe el frasco del cerebro criminal que estaba planeado y lo pierde. En su lugar, lleva a Eugenio un chicle masticado. Resultado: el monstruo tiene un carácter tierno y cursi y dice que se llama Frambuesa. Lidia se identifica con él porque todos los niños critican su aspecto con sus nuevos frenos. Al final, Frambuesa ayuda a Lydia y esta ayuda a Frambuesa a recuperar su dignidad.

Marcos es el inventor de un extraordinario videojuego de castillos y dragones. Eugenio se muere de envidia y recuerda que él inventó el primer videojuego del mundo. Sólo que la maestra Bonete se lo recoge cuando lo sorprende jugando en clase. Eugenio crea una nefasta versión virtual basada en el original, haciendo pasar a los héroes de la serie por todos los peligros del juego, pero en tamaño real. Finalmente, Raticus encuentra el antiguo juego de Eugenio y éste se emociona tanto que crea un desastre y termina la amenaza para los héroes.

En este capítulo, Ruby consigue el estelar en la obra de la escuela y se convierte en el centro de atención, esto la lleva a sentirse una gran estrella y a tratar mal a sus amigos. Earl lleva a cabo un plan para clonar a Ruby por lo que ésta comienza a multiplicarse así como los problemas. Marcos que había sido despreciado por su hermana Ruby, encuentra la manera de solucionar el problema con la ayuda de Billy, Buford y Lydia. Al final Ruby reconoce su error y decide actuar al lado de su hermano.

Es la semana de lectura en la escuela y la maestra quiere motivar el hábito de leer obras literarias, pero los chicos dicen que les gusta leer cómics, ahí el fantasma hace que aparezcan varios superhéroes de comics famosos que comienzan a querer manejar a los alumnos, y se da una situación de lucha entre ambos bandos. Los chicos llegan a la conclusión de que pueden vencer a los superhéroes utilizando los puntos débiles de cada superhéroe y lo logran, para lo cual tienen que conocerlos bien y utilizar el razonamiento y su ingenio.

En una clase de biología, los alumnos llevan varios insectos para estudiarlos. Rita les tiene aversión a todos los insectos y dice que lo único que quiere es aplastarlos. Eugenio recuerda que su mejor amigo era un abejorro que lo había defendido de una abusona que lo aterrorizaba porque era más grande. Para castigar a Rita y a los otros, Eugenio hace que todos los insectos de muestra crezcan y se reproduzcan en proporciones gigantescas. Al final, Eugenio hace crecer demasiado a su abejorro y este cae presa del pánico. Vuelve al cuarto de calderas y destruye el plan maléfico de su dueño.

Este episodio es una adaptación de la obra clásica "Cuento de Navidad" de Charles Dickens. Al inicio de la historia, Raticus está desbordando emoción porque viene Navidad. Le hace mil proposiciones a Eugenio para celebrar, pero éste las rechaza todas. Su amargura frustra terriblemente a Raticus, quien se convierte en el fantasma cuando Eugenio empieza a soñar. El tormento de Eugenio consiste en encontrarse como un alumno común y corriente en la escuela del Rino Volador. Todos los estudiantes quieren ser su mejor amigo y todo es molesto y terrible para el pobre Eugenio. Al despertar, igual que en el original, el amargado Eugenio se vuelve sensible y sale a las calles a repartir regalos, celebrando alegremente la Navidad con su compañero Raticus.

Marcos está dedicándose a coleccionar estampillas y da una plática a sus compañeros sobre eso. En la conferencia comenta que hay estampillas muy valiosas y les muestra una muy valiosa que es de él. Earl se entera de eso y quiere quitársela a Marcos. Sus amigos al saber el valor de la estampilla también la quieren tener. Earl manda a Raticus a quitarle la estampilla a Marcos y lo logra, pero al tratar de huir de Marcos y de sus amigos se le cae y se va al incinerador. Desesperado Earl decide regresar al pasado donde hicieron la estampillas para robarla, pero también Billy, Ruby y Lydia van tras ella. De nuevo Raticus roba la estampilla y la pierde. Marcos les dice a sus amigos que no le importa el valor económico de la estampilla sino el valor histórico.

La señora Snodgrass les pidió a los niños un proyecto de ciencias de la tierra. Todos muestran sus proyectos, pero Billy lo dejó hasta el último momento y lo pidió por correo. Earl observa la competencia y se enfurece porque dice que sus proyectos son mejores y entonces envía su proyecto, pero la señora Snodgrass cree que es un tostador viejo y lo desecha. Entonces Earl se enfurece más y empieza a provocarles desastres de clima con su máquina Billy trata de anularlos con su máquina, pero no funciona. Luego con la idea que tenía Billy de una máquina anuladora de climas logran anular los desastres que provocó Earl. Y con eso aprende Billy que no debe dejar las cosas hasta el final.

Marcos creó un amigo en la computadora al que le dice Pal. Resulta que Pal está programado con características muy similares a las de Marcos. Marcos dice que Pal es muy inteligente. Earl se entera de eso y dice que la computadora más inteligente es la de él. Pal dice que es el mejor amigo de Marcos, Billy escucha eso y se entristece. Marcos da una plática sobre todo lo que Pal puede hacer como por ejemplo: dirigir una escuela en el siglo veintitrés. Earl escucha eso y por envidioso los envía a la escuela del siglo XXIII. Billy le dice a Marcos que Earl debe estar detrás de todo y Marcos contesta que no hay problema si Pal cuida todo. Después Earl infecta a Pal con un virus y comienzan a funcionar mal las cosas y a pesar de que Billy se lo dice a Marcos, este no le quiere creer, pero Pal actúa diferente y también su apariencia es diferente y entonces le cree a Billy. Marcos le dice que hay una forma de quitarle el virus a Pal, lo hacen y funciona. Entonces Pal decide seguir fingiendo que tiene virus para distraer a Earl y destruir su computadora arriesgando su propia destrucción Pal. Pal lo hace así y destruye la computadora de Earl y él logra salvarse descargándose en el último momento en el sistema de cómputo de la escuela.