Juana La Virgen

El doctor Michelena llevado por la prisa y creyendo asistir a Rosa Andrade, la paciente del doctor Ricardo Monsalve, accidentalmente insemina con los espermatozoides de Mauricio de la Vega, a la joven Juana Pérez.

A pesar de la amarga discusión ocurrida entre Azucena y Ana María, esta última notablemente afectada debido a la presencia de Alfonso, Ana María decide proseguir con la fiesta en honor a su hija Juana.

Juana a bordo de “Pitusa” se aproxima a la casa de los de la Vega. Los frenos de la motocicleta fallan y Juana se estrella aparatosamente contra el jardín de la casa. Mauricio va en auxilio de la joven y al verla se sorprende, pues se trata de la misma muchacha que vio durante el día en un semáforo de la ciudad y frente a la fachada de su revista.

Juana intenta descubrir lo que sucede y va hacia el lugar de donde provino el disparo; se asusta al encontrar un rastro de sangre. Juana llevada por el susto accidentalmente dispara repetidamente su cámara fotográfica. La muchacha huye del lugar y aparatosamente tropieza con Mauricio. Juana le suplica la acompañe al lugar donde ella encontró algo espantoso.

Poco antes de que Juana entregue a Mauricio las fotografías de la fiesta aniversaria, Mauricio recibe la llamada telefónica de Ricardo Monsalve que le advierte que Rosa Andrade, la mujer inseminada, logró salir embarazada. Mauricio reacciona feliz pues pronto será padre.

Juana es felicitada por Manolito y Azucena por su excelente desempeño en el juego de fútbol cuando el director del colegio se aproxima para indicarle a Juana que deberá practicarse un examen de sangre para así culminar con los recaudos de la beca de estudio en los Estados Unidos. Juana en compañía de Lili, llega a la clínica para retirar el resultado de su examen de sangre. En Juana no cabe el asombro cuando una enfermera además de darle el resultado del análisis de sangre, la felicita por estar embarazada.

Juana en compañía de Lili, llega a la clínica para retirar el resultado de su examen de sangre. En Juana no cabe el asombro cuando una enfermera además de darle el resultado del análisis de sangre, la felicita por estar embarazada.

Juana, en pleno partido de fútbol con los niños de la parroquia, recibe la sorpresiva visita de Mauricio de la Vega. Este último entrega a “Sol” el collar que ella perdió en su oficina.

Vía telefónica, Juana se asombra cuando –la propia doctora que consintió repetir el examen de sangre de la joven- le notifica que los resultados de la prueba son idénticos a los obtenidos en el primer análisis que se practicó: está embarazada.

Juana revela a su amiga Brandy estar embarazada.

Conmovido al contemplar en el parque la relación de un padre con su hijo, Mauricio comenta a Juana sobre la importancia de los niños. Juana, sorpresivamente, reclama a Mauricio por hacerle daño.

Llena de ira, Ana María exige a Juana le diga quién fue el hombre que la embarazó.

Mauricio intenta que Brandy le diga cuál es el problema que agobia a Juana pero Brandy evita decirlo. Mauricio desea que “Sol” logre solucionar el conflicto que la agobia pues la considera una amiga muy especial.

Mauricio, en compañía de Carlota, acude al llamado de su amigo el doctor Ricardo Monsalve. Mauricio recibe la terrible noticia: la única muestra de su semen fue destruida en el accidente ocurrido en el laboratorio. Mauricio se consterna, sabe que definitivamente ya no podrá ser padre.

Mauricio encuentra a un intruso en la sala de redacción; se sorprende cuando descubre que es “Sol”, la célebre fotógrafa.

Mauricio regresa de comprar el desayuno para Juana y accidentalmente tropieza la maleta de la muchacha. Las prendas íntimas de la joven se dispersan por el lugar. Juana se está duchando así que Mauricio para evitar malos entendidos con prisa introduce las prendas en la maleta. Juana sale de la ducha y se presenta ante Mauricio. Juana ignora que ha perdido uno de sus zarcillos.

Carlota observa a uno de los niños huérfanos de la parroquia y manifiesta al padre José su deseo de adoptarlo.

Desireé trata de dar consuelo a Mauricio por el hecho de que éste ya no podrá ser padre. Carlota llega a su casa y encuentra a Desireé y a Mauricio tomados de las manos.

Mauricio y Carlota se han reconciliado; al momento en que se besan, Mauricio se atrapa pensando en “Sol”. Carlota al notar a su esposo distraído le pide le diga en qué piensa.

Juana al mencionar a Manolito el instante cuando las enfermeras tropezaron y las historias médicas cayeron al suelo; Manolito deduce que los expedientes fueron confundidos. La respuesta del embarazo de Juana está en la clínica.

El padre José se presenta ante Azucena para proponerle la posibilidad de que Juana de a su hijo en adopción.

El padre José se reúne con Carlota para revelarle que Juana Pérez, la fotógrafa, está embarazada y tal vez podría dar a su hijo en adopción. El sacerdote pregunta a Carlota si ella y su esposo estarían dispuestos a adoptar al hijo de Juana.

Mauricio se inquieta cuando Armando, en broma, le sugiere que está enamorado de “Sol”, la joven fotógrafa.

Mauricio consternado por la repentina presencia de Rafaelito, el niño adoptado, exige a Carlota una explicación.

Luego de escuchar y ser convencido por Ricardo Monsalve, Mauricio se llena de esperanza y celebra tener la inesperada oportunidad de tener un hijo.

Juana, en compañía de Brandy, llega a la revista. Juana luego de dejar a su amiga se dispone a marcharse cuando –repentinamente- la aborda Mauricio quien en un acto espontáneo manifiesta haber estado pensando mucho en ella.

luego del encuentro con el doctor Michelena, Mauricio piensa en la manera de encontrar a la mujer que lleva en su vientre al hijo que él tanto anhela.

David luego de escuchar a Mauricio hablar del conflicto surgido con Carlota, se atreve a preguntarle si acaso no será la presencia de “Sol” (Juana) lo que lo ha deslumbrado y por ello su esposa se está convirtiendo en un problema.

Desireé pregunta a Mauricio si acaso tiene una amante y él sugiere haber encontrado a una mujer que le da lo que no podrá obtener de Carlota. (Alusión a la mujer embarazada)

Juana se enfrenta a Micky y sus compañeros para advertirles que a pesar de la trampa que le tendieron, ella saldrá adelante y los superará a todos.

Carlota llega a la clínica de fertilización y solicita entrevistarse con el doctor Michelena. Ricardo Monsalve logra ver a Carlota y de inmediato se torna tenso al saber que ella tiene la intención de conversar con Michelena.

Rafaelito manifiesta ante Mauricio y Carlota el malestar que le ocasiona su nuevo colegio. Rafaelito pide a Mauricio le permita ser visitado por su gran amiga de la parroquia (Juana). Carlota no cree conveniente la visita de la amiga al niño considera que al pequeño no le hace falta nada. Mauricio señala a Carlota que Rafaelito carece del amor que ellos no son capaces de darle.

David -con evidente molestia- visita a Mauricio. Lo encara; con ironía lo felicita por haber logrado enamorar a Juana.

Inesperadamente la voz de Mauricio hace reaccionar a Desireé quien torpemente derrama el café en el sobre que le trajera el detective a De la Vega. Ella logra esconderlo cuando Mauricio la descubre; incómodo, se interesa en conocer qué hace en su oficina.

Luego del encuentro con la noche, Mauricio llega a su casa gracias al aventón de Juana. Mauricio decide darle a Juana la oportunidad de trabajar en la revista y la muchacha agradece la decisión de Mauricio con un efusivo abrazo. Momento en el que sale de la casa Carlota para sorprender a su esposo abrazado a la fotógrafa.

Ana María habla a Juana sobre el amor y los enamorados. Juana al escuchar de su madre lo que es el amor, concluye en que ella no está enamorada de Mauricio pero se pregunta entonces qué clase de sentimientos la unen a Mauricio, un hombre que la inquieta con su sola presencia.

Mauricio ahogado por una gran tensión decide salir de la oficina y al toparse con Juana se sorprende. Juana al notar la sorpresa en Mauricio le pregunta si acaso no recuerda que ella asistía a su primer día de trabajo.

Juana destaca el respeto que ha manifestado Mauricio hacia ella y no encuentra en él segundas intenciones. Sin malicia, Juana hace un comentario sobre el encuentro de ella y Mauricio en el mirador. Hecho que llena de celos a David. Desireé los interrumpe. Firme la mujer le hace saber a Juana que la estaba buscando.

Desireé aviva los celos en Carlota al decirle que Mauricio mantiene un affaire con “Sol”, la fotógrafa, ya que la contrató en la revista para mantenerla a su lado todos los días.

Mauricio revela a Desireé la historia de la mujer que por error fue inseminada con su semen. Al Desireé enterarse de que Carlota ignora que existe una mujer embarazada de Mauricio, Mauricio le pregunta si acaso lo delatará.

Alfredo, además de percatarse que el verdadero nombre de “Sol” es Juana Pérez, descubre que la muchacha es menor de edad. Juana se sabe en aprietos.

En medio del almuerzo, Alfredo interroga a Carlota, pues quiere saber si después de obtener la dirección de Sol irá a su casa a reclamarle. Carlota lo mira dubitativa.

A solas con el niño, Mauricio se impacta al descubrir que Sol no es el verdadero nombre de la fotógrafa, sino, Juana.

Mauricio no sale de su asombro al verificar que el retrato hablado que le dejara Gamboa pertenece a Sol.

Tras escuchar los toques en la puerta, Juana advierte que ella abrirá. Manuel le da paso y vuelve a su actividad, al igual que Ana y Azucena. La joven Pérez observa incrédula al visitante que no es otro que Mauricio, quien la mira como por primera vez.

Los niños junto a Juana y Mauricio dan inicio al partido de Fútbol. Rafael le indica a su padre la posición a tomar en el juego. Sol patea el balón y éste cae sobre la cabeza de Mauricio quien cae del impacto. La joven Pérez se aterra. Corre en su auxilio. Lo ayuda a salir del campo. Una vez a solas, Mauricio, reponiéndose del dolor, le refiere a Juana que tiene algo importante que revelarle. Juana lo mira expectante.

Ricardo aconseja a Mauricio para que hable con Juana y se cerciore si aún está embarazada. Ante esta confusión, De la Vega no tiene otra alternativa que revelar la verdad a Sol.

Mauricio se desconcierta al escuchar a Carlota, quien reconoce que ha actuado mal al sentir celos por la fotógrafa. Tras disculparse y pedirle una oportunidad le pregunta a su esposo si dejó de amarla. De la vega no responde. Ensimismado recuerda la declaración de amor que Juana le hiciera. Al mismo tiempo, Carlota le hace ver que sigue enamorada. Mauricio está confundido ante esta nueva sensación.

Respetuosamente, Brandy le advierte a su jefe que él es un hombre casado y a punto de adoptar un niño. Razón por la que le pide que se mantenga al margen de su amiga. A solas, Mauricio insiste en que él también tiene motivos de querer mantener a Juana cerca. Es la única mujer que puede darle lo que más desea en la vida: un hijo.

La protagonista permanece ansiosa frente al teléfono. Se reprocha por no atender las llamadas de su amor. Arrepentida anhela escuchar su voz. Sale de situación al escuchar el timbre de la puerta. Abre contrariada al creer que se trata de Nicolás. Su rostro se transforma ante la presencia de Mauricio, quien entra. Juana enmudece al tiempo que coloca su mano en el pecho. Ambos se miran intensos.

Una vez en la revista, Shiva se dirige al puesto de trabajo de Inés para entregarle sus pertenencias que, en el camino, guardara en su morral. Al no encontrarla, coloca las cosas en su escritorio, entre ellas, el periódico.

Juana, que busca a su tío, se tropieza con David. Éste, furioso, le advierte que hay algo que debe explicarle. Sol lo mira desconcertada al no saber de qué se trata.

Sol le ratifica a su jefe, que aunque esté embarazada, no ha tenido relaciones con ningún hombre. Le hace entender que él es su primer amor. Tanta comprensión extraña a Juana pues Mauricio es la única persona que no se escandaliza al saber que es virgen y, al mismo tiempo, espera un hijo. La joven limpia su imagen ante el hombre que ama. Mientras que Mauricio se muestra parco al sentirse mal por el daño causado a Sol.

Sin perder tiempo, Alfredo se comunica con su hermana. Le confía que la noticia del embarazo de la fotógrafa salió en primera plana. Carlota se impacta al saber que no sólo Juana está embarazada, sino que, proclama ser virgen.

Juana, orgullosa, le revela a Lili que su jefe, a pesar de que sabe lo de su embarazo, insiste en ayudarla.

El padre José le aclara a Mauricio que Juana nunca estuvo de acuerdo con dar en adopción al bebé, pues todo se trató de una conjetura de su parte al creer que la joven podría abortar. Ante estas palabras, De la Vega siente una sensación agradable y al mismo tiempo de decepción al escapársele de las manos la posibilidad de tener consigo a su hijo. El padre, que nota el interés del hombre: tanto en Sol, como en la criatura, lo precisa para que le confiese cuál es el verdadero motivo que lo conduce a actuar así. Mauricio lo mira como dudando si revelar la verdad o no.

Una vez en su hogar, Mauricio es interceptado por Desireé, quien parece decidida a revelarle sus verdaderos sentimientos hacia él. De la Vega la mira desconcertado.

Ante el sufrimiento de su madre, Carlota le confiesa que sabe quien es la mujer que está detrás de su padre. Amparo la mira en profundo impacto.

Mauricio revisa unas carpetas. De pronto es interrumpido por Desireé quien al entrar le brinda una sonrisa. De la Vega se incomoda ante la presencia de la hermosa mujer.

De regreso a su hogar, Azucena, al saber la dirección de trabajo de Juana, se marcha apurada a su habitación. Manuel y Nicolás se quedan desconcertados pues saben que Abi tiene algo en mente.

Azucena trata de convencer a Juana que la relación con Mauricio no es buena para ella porque él es un hombre casado. Sol insiste en que es diferente a lo que ha vivido Ana María pues está segura que su jefe la quiere. Es un sentimiento muy fuerte, que aunque los dos saben que es imposible, no pueden estar alejados el uno del otro. Abi, al ver que su nieta no entra en razón, con carácter la agarra para llevársela de la Revista. Justo cuando abre la puerta, Azucena y Sol se demudan al encontrarse con De la Vega quien venía al estudio fotográfico.

Juana, sentada en el piso junto a Mauricio, contempla el álbum de fotos. De pronto el protagonista se distrae al mirar la barriga de Sol, quien al notarlo se incomoda. Él le pide permiso para tocar su vientre y así sentir a su hijo. El contacto estimula al bebé.

Juana y Mauricio cenan frente a la chimenea. De la Vega luego de, ingenuamente, contemplarla le advierte que al terminar de comer la llevará al cuarto. Sol se muestra algo nerviosa al saber que la cabaña tiene una sola habitación.

Al amanecer, Juana despierta. Se conmueve al ver que su jefe estuvo trabajando durante la noche. Tras escuchar un carro, despierta a Mauricio para avisarle que llegó el auxilio vial. Ambos se quedan prendados en sus miradas al darse los buenos días.

Ante la llegada de Juana, Ana María al igual que Azucena y Manuel dejan de hacer sus oficios para reparar en la joven. Sol se tensa ante la actitud inquisidora de su familia pues sabe que les debe una explicación.

Desireé se molesta al saber que los nuevos inversionistas están almorzando en casa de Mauricio. Al no ser invitada toma venganza. Se comunica con Rogelio para informarle que los gringos están celebrando en casa de su hija Carlota. De pronto algo llama poderosamente su atención. Deja el auricular a un lado y lee, incrédula, el artículo de prensa que reseña a Juana la Virgen.

Mauricio se comunica con Juana para saber cómo le fue con su familia luego de haber pasado la noche fuera de su casa. La joven manifiesta que su madre y Manuel le ocultaron a su abuela que estaba con él para evitarle un disgusto. Al finalizar la conversación, Juana contempla el auricular embelesada de amor. Mientras que, De la Vega contesta su teléfono ante un repique. Se trata de Desireé quien lo encara referente al embarazo de Sol. El protagonista se impresiona al saberse descubierto.

De la Vega, con rostro serio, encara a Desireé. La reta a que le repita lo que le dijera por teléfono de que Juana Pérez es la mujer que está esperando el hijo que tanto él desea. La hermosa mujer se tensa ante Mauricio quien espera su respuesta.

Los bomberos trabajan para salvar a una señora que pende de un alto piso. De la Vega se impresiona al saber, por Popeye, que Juana está fotografiando el suceso en lo último de la escalera del camión de bomberos. Angustiado por el riesgo que corre la joven embarazada, el protagonista se dirige al jefe de los bomberos para pedirle que bajen a Sol de allí.

Ana María, que acompaña a Carlos en una diligencia, se topa con Mauricio quien viene saliendo del lobby del hotel. Decide avanzar sobre él para que le explique qué es, realmente, lo que quiere de su hija Juana

Mauricio luce contrariado al saber, por Inés, que Juana está cumpliendo una pauta fotográfica con David para un reportaje ecológico fuera de la ciudad.

Juana y David han llegado hasta el hotel. Allí el dueño les indica que solo puede ofrecerles una habitación.

La juez le manifiesta a Mauricio que es evidente el cariño que siente Rafael por él. Pero antes de legalizar la adopción, le advierte que su cariño hacia el niño no debe desvanecer así aparezca un hijo de su propia sangre.

Ya en la oficina de Mauricio, éste recibe seco a Juana y le advierte que ha decidido cambiarla de cargo como fotógrafo.

Manuel se dispone a ayudar a Nicolás a vender las empanadas, cuando suena el teléfono y es Mauricio quien le pide a su enamorada una oportunidad para hablarle.

Carlota interrumpe la conversación entre Mauricio y Rafael alegando que le pedirá a Juana que sea la fotógrafo de la fiesta que le harán al niño.

Brandy y Juana continúan en una amena conversación. En eso entra Carlota para proponerle a la joven Pérez que sea la fotógrafo de la fiesta de Rafael.

Juana intenta recuperarse de su malestar. En ese instante entra Desireé quien la precisa para que le revele el nombre del padre de su hijo.

Juana y Mauricio observan felices, a través del ecosonograma, cada uno de los movimientos de su hijo.

Mauricio llega hasta su oficina y se encuentra con Ricardo quien lo ha estado esperando toda la tarde. Emocionado, le confiesa a su médico de confianza que está profundamente enamorado de Juana.

Carlota sorprende a Mauricio sentado en las escaleras; a pesar de que se le acerca con cariño, éste la detiene manifestándole que ya no la ama.

Mauricio atiende la llamada de Juana sin sospechar que Carlota también tiene el teléfono en la mano y escucha la voz de su rival.

Juana llega hasta la casa de los De La Vega y como una película recuerda el día que conoció a su amor. En eso, aparece Mauricio quien, al ver a la joven, se le acerca; está a punto de besarla.

Carlota comienza a culpar a Juana de lo sucedido. La joven Pérez, con lágrimas en sus ojos, se marcha. Mauricio intenta ir detrás de ella pero Carlota lo detiene advirtiéndole que no la obligue a hacerle escoger delante de su familia.

David le advierte a su amigo que Juana no está sola; además, no le importará perder su amistad si él pretende hacerle daño a la joven.

Mientras Juana habla con David suena el teléfono y es Mauricio; quien la pone al tanto que, a pesar de todas las cosas que han pasado, tomó la decisión de irse de su casa.

Juana ha calmado a Rafael, cuando de pronto tocan a la puerta. Al abrir descubren que se trata de Mauricio.

Mauricio se le acerca a Juana. A solas le manifiesta que nunca antes se había sentido tan feliz. La joven Pérez no puede contra esas palabras y lo besa apasionadamente.

Una vez que Mauricio llega a la casa con Rafael, Carlota culpa al niño de ser aliado de Juana para separar a su esposo de su lado.

Juana y Mauricio continúan besándose apasionadamente cuando el joven Vivas y David sorprenden a la pareja en el estudio fotográfico.

David le afirma a Brandy que no debe celar más Juana ya que ella, a parte de amar a Mauricio, va a tener un hijo de otro hombre y quizás éste regrese en su búsqueda. En un intento por defender a su amiga, Brandy, sincera, le revela que Juana fue inseminada por error por lo que la joven Pérez no conoce quien es el padre de su hijo.

Azucena le pregunta a Manolito si ya le dijo a Ana María lo de la presencia de su padre en la ciudad. En ese instante, tocan a la puerta; es nada más y nada menos que Ramón.

Aún en la casa de Carlota, Juana llora desconsolada. En eso, llega Mauricio sorprendiéndose ante la presencia de su amada.

Mauricio le dice a Carlota que el hijo que está esperando Juana es de él.

Desireé celebra con Rogelio la toma de las acciones. De pronto llega Carlota y Desireé logra esconderse. Vivas le confiesa su padre que Juana es la muchacha que inseminaron por error. Desireé disfruta y piensa que ya tiene la batallada ganada con Mauricio cuando la joven Pérez se entere de la verdad.

Mauricio invita a Juana a pasar el día de su cumpleaños en la casa de la montaña pues allí le dirá todo lo que desde hace algún tiempo desea decirle.

David le asegura a Carlota que si lo que desea es hablar con su esposo él lo llamará pero ésta le afirma que ha ido a hablar con Juana. La joven Pérez le exige a David que la deje a solas con la mujer. Una vez a solas, Carlota mete la mano en su cartera y acaricia su revólver.

Juana, cansada de escuchar las sandeces de Desireé, pero conciente que la mujer no descansará hasta decirle lo que quiere, se sienta. Desireé logra controlar su temperamento al ver la actitud desafiante de la adolescente. La mujer asegura que Mauricio sólo está interesado en el hijo que ella espera.

Un doctor de la sala de emergencias notifica el delicado estado de Carlota pues el traumatismo craneal es severo. Los ojos de Mauricio brillan por las lágrimas contenidas en ellos.

Las luces se apagan y todos se concentran alrededor de la torta. El timbre de la casa se adelanta al canto de cumpleaños. Mauricio aparece entre las miradas de consternación de muchos de los presentes.

Manuel se niega a dejar que Juana tenga que huir para estar a salvo. Azucena da su voto de confianza a David. Juana, determinante, participa que hará lo que sea necesario para evitar que Mauricio se apropie de su hijo.

Mauricio acusa a David de haber revelado una verdad “adulterada” a Juana. Califica al joven redactor de traidor. Juana interviene pues el reproche es injusto dado que David no fue quien le quitó la venda de los ojos.

Rogelio informa a Desireé que la necesita de su lado para obtener la mayoría en la junta de accionistas, pues Adolfo está en el bando de Mauricio. Vivas está decido a impedir que Mauricio establezca relaciones comerciales con Miami. Desireé duda entre guardar fidelidad a Rogelio o apoyar a su amado Mauricio.

Enriqueta, valiéndose de la admiración que la joven le tiene, intenta abogar por Mauricio. Juana, sin querer entrar en discusiones, anuncia su retiro de la empresa.

Carlota acaricia a un Mauricio dormido en su regazo cuando Juana abre intempestivamente la puerta. Las mujeres confrontan sus miradas

Mauricio se extraña al escuchar llamar a su puerta. Desireé entra con premura pues se siente perseguida. La mujer abraza trémulamente a De la Vega, ruega por su protección y cobijo.

Desireé le ofrece a Carlota su ayuda para tratar de minimizar las lagunas que pudiera tener. Carlota le pregunta si fue ella quién hablara con Juana pues la adolescente desde que se enteró que Mauricio es el padre de su hijo no desea verlo más. La viuda de Francisco balancea una sonrisa entre sus labios.

Amparo reclama a su hija hasta cuándo piensa seguir con su amnesia. El tiempo que sea necesario, asegura Carlota. A su vez, la paciente solicita a su madre su ayuda para lograr que Juana pierda su bebé.

Mauricio bebe con la melancolía que le da la razón a la tristeza. Del sentirse enamorado de una mujer que lo considera un ser despreciable que sólo la utilizó.

Juana acepta a Mauricio como padre biológico de su hijo, pero como eso, nada más. De la Vega dolido por la frialdad de la adolescente para con él.

Juana se muestra menos distante ante la fragilidad del padre de su hijo. Pero, Mauricio insiste en validar su amor, su verdadero amor hacia ella. Juana resiente el comentario a la luz de tener, a un David en quirófano luchando por su vida y a un asesino suelto que puede estar esperándolo en cualquier lugar. La adolescente cuestiona a Mauricio a pensar en quién desearía matarlo.

Mauricio se emociona al ver a Juana entrar a la casa.

Con la camisa abotonada, Juana repite a Mauricio que desea estar con él, pero no está preparada. Él aclara que hay muchas formas de hacer el amor. Una de esas es lo que hicieron hace rato, cuando él besaba su cuerpo. Ese hermoso envase que mantiene guardado a los dos seres más amados por él: ella y su hijo. La pareja vuelve a caer sobre la cama.

Telefónicamente, Desireé participa a Carlota que ya consiguió a la persona para el trabajo, pero le recuerda que ella debe pagar.

Mauricio confiesa a la joven Pérez que necesita sentir sus labios de nuevo. Firme, la chica le sugiere no volverse a ver más. Así, podrán controlar lo que sienten. No obstante, promete avisarle cuando nazca el niño.

Desireé y Carlota se encuentran. Se disponen a salir a hacer la entrega de dinero. En ese momento, Mauricio viene de las habitaciones. Los tres cruzan sus miradas.

Otelo y Perro e’ Garaje encuentran un muro por el que llegarán a la casa de Juana.

Mientras Mauricio despide a Salvador, Carlota anuncia a su marido que ya deben ir al aeropuerto.

El doctor participa a Juana que el bebé está perfecto. Melancólica, Juana desearía que Mauricio estuviera allí a su lado viendo a su hijo.

Justo cuando los hampones entran a la residencia de los Pérez, la joven participa a su madre que irá por un vaso de agua.

Angustiado, Mauricio llega al hospital. Pregunta a su tía cómo y dónde está Juana.

Carlota explica a Armando que tuvo que suspender su viaje por el accidente de Juana. Le habría gustado que la hubieran matado. A la mujer se le cae una pulsera mientras se retira de la oficina. Con el pie, Desireé empuja la prenda para debajo de su escritorio.

Perro e’ Garaje propone a Otelo decir la verdad. Tal vez, así los dejen libres

Juana intenta defenderse de su agresor.

Ante la insistencia de Salvador de inculpar a su hija, Amparo pide al inspector que interrogue al hampón. El funcionario aclara que el hombre está muerto. Parece que lo hubieran mandado a matar para evitar su testimonio. De pronto, los presentes se sorprenden con la llegada de Desireé. Ésta reconoce que ese día estaba con Carlota y vio todo lo que sucedió.

Tras encontrar el cadáver, Salvador pide que lo metan en la furgoneta para que el forense certifique la identidad del muerto. Mientras los policías cumplen la orden, el inspector destaca que Mauricio está en graves problemas.

Al ver a su esposo y a Juana, Carlota exclama que han llegado a su casa nada más y nada menos que Mauricio De la Vega y Juana Pérez.

Al visitar a Carlota, Desireé le hace saber que Juana y Mauricio escaparon

La joven se baña en el río. Al verla, Mauricio da gracias a Dios al tener el privilegio de poderla amar.

Justo cuando Juana y Mauricio van a entrar a la cabaña, el hombre que observaba a De la Vega aparece ante ellos.

Juana recuerda a Mauricio que cuando estaban en la casa de su tía, él la trataba como una mujer. Enamorada, la joven confiesa que cada centímetro de su piel lo necesita y lo ama. Sin poder controlar su deseo, De la Vega reconoce que él también. Ambos se besan con pasión.

Cuando se lava la cara en el río, Mauricio ve a Camacho y Pulido. De la Vega entiende que los han encontrado.

Carlota llega a su casa con Rafael. Ordena a Tania que se lo lleve al cuarto. En ese momento, la señora de De la Vega recibe una llamada de Luz Marina.

Mauricio comunica a Juana que ya ve la cabeza del bebé. Emocionado, toma a la niña entre sus brazos.

Carlota pregunta a Lucía si le permite cargar a la bebé.

A lo lejos, Camacho muestra a Carlota la cabaña donde se escondían Juana y Mauricio.

Juana explica al comisario que Mauricio se quería entregar. En ese momento, un oficial entrega al comisario la cartera de De la Vega. Cree que el hombre está entre las víctimas fallecidas. Fingiendo consternación, Juana pregunta: ¿¡Cómo es la cosa!?

Carlota se muestra atenta al ver a Juana salir de la casa. Para sí, la joven se pregunta dónde está Mauricio. Desea que su amado se deje ver.

Rogelio hace saber al jefe de Salvador que posiblemente la muerte de De la Vega sea sólo un truco.

Díaz informa a Salvador que halló un arma en la oficina de Mauricio. Si comprueban que fue utilizada para matar a Francisco, la culpabilidad de De la Vega estará comprobada.

Al ver que un bedel se introduce en la oficina de Armando, Mauricio aprovecha para avanzar hacia la suya. De pronto, entran a la revista Rogelio y Desireé. No obstante, De la Vega y estos no se ven.

Tras repetir a Desireé que debe obedecerlo, Rogelio exige a la mujer que le consiga el documento donde está registrada la deuda que Mauricio tenía con Francisco. En ese momento, Carlota hace saber a su padre y a Desireé que si no regresan a la reunión, ella se irá.

Mientras Mauricio busca el documento, llega Desireé. Molesta, exige que el “bedel” le diga por qué hurga en su oficina. De la Vega confiesa que no es ningún hombre de limpieza. Desireé se asombra al reconocer a Mauricio.

Mauricio se sorprende al ver a Juana en la conserjería. Seca, la muchacha anuncia a De la Vega que necesita hablar con él.

Tras recibir el informe forense, Díaz comunica a Rogelio que Mauricio está vivo.

Cuando le están poniendo las esposas, De la Vega recuerda que el trato era su entrega por la libertad de Juana y Eva. Justo en ese momento, las damas entran a la oficina.

La señora de De la Vega se emociona al ver a la maracucha salir con la hija de Mauricio.

Justo cuando Ana María expone que no se puede iniciar la boda sin su otro testigo, se presenta Enriqueta. Manuel se sorprende al ver a la ejecutiva.

Juana finaliza su discurso destacando que sólo el que se da por vencido pierde la batalla. Los profesores entregan el diploma a la chica.

Juana confiesa que le gustaría tener más tiempo para descubrir algunas cosas que podrían probar la inocencia de su amado. Eva desea saber a qué se refiere.

Resignada a caer en el precipicio, Desireé comenta al hombre que al menos ella morirá de forma rápida, pero él lo hará lentamente, viejo, solo y encerrado. Exige que la mire, pues su recuerdo será su infierno en la tierra. La mujer cae al mar. Las lágrimas corren por el rostro de Vivas.

A las afueras de una iglesia merideña, una pareja de ancianos camina hacia el lugar. Son Juana y Mauricio. La mujer recuerda a su amado que hace cincuenta años contrajeron matrimonio en esa capilla. El hombre revive el momento. Sonriente, Juana asegura que ese día no existió novia más feliz que ella. Ambos unen sus labios para recordar el beso que se dieron el día de su matrimonio. Durante el beso, la pareja revive el paseo de su día de bodas y todos los felices momentos que los han unido. Por supuesto no pueden dejar de lado, la afirmación de la anciana Juana: el amor nunca se acaba, Mauricio. FIN