Locos Dieciseis

Cuando Jonesy comienza a trabajar en una tienda de bañeras y jacuzzis, e intenta venderle uno a los Peleones, George y Gracie, termina rompiendo su matrimonio de cincuenta años. La pandilla está asombrada y Nikki insiste que hasta que Jonesy logre que vuelvan a unirse, no volverá a hablarle. Sin embargo, Gracie disfruta la vida de soltera, y George se divierte como nunca trabajando en el Gigantoplex- dejando que sus amigos vean películas gratis y dándoles caramelos que se les pegan a la dentadura postiza. Sin George para pelear, Gracie pronto se refugia en Nikki, provocándola para entrar en discusiones que la dejan agotada. Jonesy debe darse prisa y hacer que los Peleones se reconcilien rápido, o el daño para Nikki puede ser permanente. Mientras tanto, Caitlin encuentra un bolso de gimnasia en el Limón y se da cuenta que ella no es la única que trabaja al pie del exprimidor. Mediante cartas escritas con tinta de limón invisible, Caitlin pronto se enamora de su compañero misterioso, Kevin. Él trabaja en el otro turno, y al final resulta que también juega en el otro equipo, pero Caitlin está convencida de que es su medio limón. Como está convencido Jude de que los Peleones son sus abuelos y teme que si no se reconcilian, él dejará de existir.