Los conejos chiflados

Los espectadores aprenderán que el sentido del humor les ayudará a enfrentar los momentos difíciles. La familia de los conejitos torpes irá a la escuela y ahí se darán cuenta que la directora, la señorita Thump, jamás sonríe; siempre está enojada y con el ceño fruncido. La clase hará una visita a la biblioteca y los conejitos aprovecharán para divertirse mucho, pese a la molestia del bibliotecario.

Los espectadores aprenderán el valor de la motivación y el aliento. Los conejitos torpes conocen a Pícara, una felina que tiene intenciones de robar, pero que con la ayuda de esta adorable familia comprenderá que es mejor ganarse la vida honestamente. En lugar de robar las casas de todos los habitantes de Villa Conejo, devuelve en perfecto estado y muy limpias las cosas que se ha llevado para satisfacción de sus propietarios. También devolverá el oro del depósito de Villa Conejo y los militares estarán satisfechos y pedirán el apoyo de Pícara. Una buena obra de los conejitos torpes, como muchas de las que realizan a diario.

Los espectadores aprenderán que la vida es impredecible y que hasta los mejores planes pueden fallar. Enfrentar lo inesperado, cuando se presenta, es uno de los talentos más valiosos en la vida. Bill se convierte en líder de los exploradores Cola de Algodón. Llevará a Prissy y a sus compañeros a visitar punta Bunny. Todo lo ha planeado hasta el último detalle, pero pronto descubrirá que las cosas no siempre resultan como se han planeado. Los conejitos torpes decidirán acompañarlos y ese viaje será de lo más divertido para todos, menos para Bill. Finalmente, Bill descubre que no todo en la vida puede planearse con anticipación.

En este episodio, los espectadores aprenderán que si dedicamos más trabajo a resolver un problema podremos aprender mucho más. Bebé torpe recibe su primera tarea y se siente muy Emocionado. Debe descubrir de dónde vienen los tomates. Esto permitirá que junto con su familia inicie una aventura que lo llevará a la Antártica, en donde conocerán al agente especial O'carrot y a la liebre malvada que se ha empeñado en que todos los sobres con salsa de tomate estén rellenos con Jarabe de chocolate. Después de muchas aventuras, tendrá que decir a su maestra que no ha descubierto de dónde vienen los tomates. Sin embargo, habrá aprendido muchas cosas y será muy divertido. Prissy tendrá la respuesta, pero su tarea no habrá sido tan divertida como la de los conejitos torpes.

Los espectadores entenderán que pueden aprender de los integrantes de la tercera edad en sus comunidades, y que los ancianos deben ser tratados con respeto y compasión. El abuelo llega a visitar a la familia Upiti. Sin embargo, Bill y Sue lo tratan como si fuera de cristal y se pudiera romper en cualquier momento: lo abrigan y no lo dejan moverse. El abuelo se fastidia y decide acompañar a Prissy a la casa de los conejitos torpes. Ahí se iniciará una gran aventura, porque el volcán Bunnuvio parece estar en actividad y todos temen que haga erupción. Visitan al profesor Bunsen y de pronto, por azares del destino, viajarán al pasado, hasta la época prehistórica. Ahí conocerán a un dinosaurio con problemas dentales; cuando lo ayuden a solucionarlos, se convertirán en grandes amigos. Por fin, con la ayuda del abuelo y del profesor Bunsen, regresan a Villa Conejo y todos entenderán que el abuelo tiene mucha experiencia y que puede ofrecer mucho a quienes le rodean.

Los espectadores aprenderán que la bondad, el compartir y el perdonar a los demás, y no sólo los obsequios, son lo que Importa para que una persona entienda el verdadero significado de la Navidad. En este episodio, los conejitos torpes reciben la visita de Santa Conejo. Sin embargo, Santa sufre un accidente provocado por los conejitos y se ve impedido para repartir los obsequios a todos los conejitos de Villa Conejo. Los conejitos torpes se ofrecen a ayudarlo, sin imaginar siquiera que Astuto zorro pretende apoderarse de todos los regalos. El zorro aprenderá una gran lección. Sabrá que compartir es mejor que recibir y los conejitos torpes lo invitarán a su tradicional cena-desayuno de Navidad.

Los espectadores aprenderán que aceptar la responsabilidad por sus acciones es la forma correcta de actuar. Los conejitos torpes desean iniciar unas vacaciones y lo hacen en el patio de Bill Upiti. Éste les sugiere que vayan al aeropuerto. Así lo hacen y ahí se inicia una aventura muy divertida en el reino de Monte Zanahoria. El duque Villa Liebre se encuentra preocupado porque su sobrino, el príncipe heredero, no acepta la responsabilidad por las cosas que hace y siempre culpa a otros. Los conejitos torpes jugarán con el príncipe y le ensañarán muchas cosas que le van a resultar de utilidad. Entre ellas, que debe asumir su responsabilidad. Su tío, el duque Villa Liebre se pondrá feliz y el príncipe sabrá que no debe temer a decir la verdad.

Los espectadores aprenderán que ser leales ante la adversidad es la verdadera prueba de la amistad. Los conejitos torpes recibirán una tarjeta en la que Prissy les informa que pasarán sus vacaciones en un rancho. De Inmediato se dirigen a ese lugar, pero al llegar, encuentran a la familia Upiti encerrada en la cárcel. Los acusan de robar ganado, y todo por culpa del malvado Bart, quien está resentido porque no le dieron la oportunidad de cantar en la cantina del rancho. Los conejitos torpes le enseñarán el valor de la amistad y Bart volverá a ser un vaquero bueno y rodeado por muchos amigos.

El espectador aprenderá la importancia de ser uno mismo. Pueden surgir problemas cuando se finge ser como no somos.Los conejitos torpes deciden ir de vacaciones y conocerán a J. Bluster Conejo, un sencillo sastre que cuenta historias maravillosas acerca de sus aventuras en el mar, en aire y en el espacio. Los conejitos le piden los acompañe y vivirán momentos de emoción. Finalmente, Bluster decide contarles la verdad y los conejitos le dirán que no es necesario fingir algo para que los demás nos aprecien. Debemos ser nosotros mismos, y nuestros amigos nos aceptarán y nos amarán.

Los espectadores aprenderán la importancia de enfrentar sus temores. Con frecuencia, cuando sabemos lo que nos asusta y lo enfrentamos, descubrimos que nada teníamos que temer. El cadete Jumpy inicia su carrera como oficial de policía, pero lo invaden muchos temores que deberá vencer. Los más indicados para ayudarlo son los conejitos torpes. La familia decide ir al autocinema y ahí se entera que Bunnyzilla está por llegar a la ciudad. El cadete Jumpy se asusta, pero Los conejitos lo convencerán para que ayude a la pobre Bunnyzilla y será felicitado por su valor y así vencerá sus miedos ya que nada había qué temer.

El espectador aprenderá que no se puede depender de la suerte o el azar para alcanzar las metas en la vida. El éxito proviene del esfuerzo y la determinación. Los conejitos torpes jugarán a atrapar a la sombra y encontrarán a Paddy, un angustiado duende que asegura haber perdido su mala suerte. También ha extraviado su olla con oro y está a punto de presentar su examen para convertirse oficialmente en un duende y piensa que ya no lo logrará. Los conejitos torpes lo acompañarán en un largo viaje que le demostrará que la suerte no es lo que proporciona el éxito, sino el trabajo y el esfuerzo que cada uno debe poner en lo que nos proponemos. Astuto zorro, convertido en adivinador, pretende apoderarse de la olla con oro como es su costumbre. Por fin llegan ante el Gran Duende y Paddy responderá con sinceridad lo que ha aprendido y eso le ganará ocupar el lugar que le corresponde en el mundo de los duendes.

El espectador aprenderá que el espíritu de competencia es lo importante, no el hecho de ganar o perder. Los conejitos torpes y Sue Upiti participarán en un concurso de jardines. Sue está empeñada en ganarlo a toda costa. Sin embargo, a los conejitos torpes sólo les interesa divertirse y gozar el momento. Sue enfrenta una gran serie de problemas. Los conejitos torpes encontrarán tesoros muy valiosos y lo único que Sue encontrará al excavar su jardín serán rocas y muchos dolores de cabeza. El pobre de Bill también sufrirá las consecuencias. Astuto zorro querrá aprovecharse de los habitantes de Villa Conejo, robándoles al venderles mercancía defectuosa, pero recibirá su castigo cuando un gigante protestará por una atrapamoscas que lo único que no atrapa son moscas. Sue será premiada por la sencillez de su Jardín y declinará el honor por considerar que fueron los conejitos torpes y Prissy quienes merecían haber ganado. Comprende por fin que lo importante es competir, no sólo ganar.