Conserjes

Moreno Hermoso le insiste a Marcia que hagan el amor. Mientras el muchacho se está preparando en el baño, convencido de que alcanzó su objetivo, la joven coloca una escoba en la puerta del sanitario a manera de cuña para poder descansar. En la escena final: Ángel Amado logra salir de su cautiverio; al descubrir que Marcia duerme plácidamente en la cama, la arropa con ternura y se acuesta en el piso.

Ángel Amado evidencia que se está enamorando de Marcia pues le insinúa que podrían casarse de verdad si ella lo desea; la joven se muestra complacida con ello, pero el tierno momento se trunca porque el musicalizador se burla de la pareja colocando una romántica melodía en vez del tema de despedida.

En un nuevo día, Marcia despierta feliz por haber soñado que se casaba de verdad con Ángel Amado, mas su alegría se trunca gracias a una misteriosa llamada por la que decide marcharse de la vida de Moreno Hermoso para protegerlo. Al tiempo que una bruja le vaticina a Lolo y Aleisi que los conserjes vivirán una desgracia, alguien merodea el edificio sin ser visto.

En su primer cobro, Marcia y Ángel Amado esperan con ansias su salario pues no tienen ni para comer; experimentan una gran decepción al recibir un miserable pago, así que le piden a su jefa que los ayude a conseguir ingreso extra; doña Paca aprovecha para ponerlos a pintar todo el edificio. Entretanto, un señor de avanzada edad deja una carta dirigida Marcia en la puerta de la residencia. La misiva es hallada por Bartola y Aleisi, quienes la leen y quedan en shock.

A sabiendas de que Paca le fue infiel, don Pepe la perdona porque está seguro de que lo ama; este gesto embelesa a “la fría mujer” así que entre ellos vuelve a encenderse la chispa de la pasión. Dos sucesos sorprenden gratamente a Ángel Amado: su padre consigue el amor de la actriz Violeta Alemán y, por primera vez, el musicalizador coloca la correcta melodía de despedida.

Al retomar su empleo de conserjes, los jóvenes son vejados por doña Paca, quien les aumenta sus obligaciones, pero les reduce el sueldo a la mitad por los agravios que recibió de Marcia. En vista de que Moreno Hermoso desea estar en una playa en vez de trabajando, la furiosa Marcia lo baña con el agua que estaba usando para limpiar el piso

Doña Paca se tropieza por accidente con una pala que su esposo Pepe ha dejado atravesada en la sala mientras arregla unas matas. Además de insultar a su esposo, ella le prohíbe hacer una huerta en el edificio y se marcha furiosa. La mujer paga su molestia con los vecinos pues no autoriza que Lolo celebre su cumpleaños con una de sus depravadas fiestas gay ni que Marcia y Ángel Amado se tomen las tardes libres. A todos les advierte que sólo llevarán a cabo sus propósitos si ella muere, así que cada uno imagina una forma distinta de matarla.

Mientras Marcia ojea un libro sobre sectas satánicas, alguien deja una extraña nota en la puerta de la conserjería; además, Ángel Amado se va en forma misteriosa. Al leer el papel, la conserje descubre que su amigo debe hacer algo antes de medianoche sin que ella se entere; por otro lado, se percata de que hay un grupo de encapuchados en el edificio, a quienes asume como miembros de una secta satánica.

Al enterarse por Marcia que su horóscopo le vaticina un accidente laboral, el engreído Ángel Amado le resta importancia, mas el destino le juega una mala pasada haciéndolo caer aparatosamente de una escalera. Ángel Amado indaga si Marcia está aún dispuesta a hacer el amor con él, la muchacha finge dormir para evadirlo.

Aclarada la situación, Lolo pretende revelarle a Moreno Hermoso que Marcia está enamorada de él, pero se retracta porque la joven lo amedrenta con un bate. Ángel Amado está seguro de que Marcia lo ama, ella se tensa al saberse descubierta, mas disimula persiguiéndolo por toda la conserjería con el bate.

Ángel Amado encuentra en un depósito la estatuilla de un hombre con cara de perro. Al mismo tiempo, descubre por un programa radial que la figura porta La Maldición Etrusca, maleficio que otorga la facultad de destruir lo que se desee. Al enterarse, Marcia le resta importancia a esa superstición, pero -a partir de ese momento- ocurren cosas extrañas.

Marcia intuye que Ángel Amado estaba celoso, él lo niega; sin embargo, insinúa que la ama por lo que desea saber qué hará con la ropa interior que le regaló su amigo; ella le juega una broma colocándosela al esqueleto que usa para sus estudios médicos.

Marcia y Ángel Amado son seleccionados en el concurso animado por el antipático Pepe Lucio, quien se presenta en la conserjería acompañado de su equipo de trabajo para constatar que los jóvenes son una pareja feliz. Con la finalidad de que pierdan, el hombre le suministra un somnífero a Marcia y un afrodisíaco a Ángel Amado, así el muchacho tendrá que obligar a su amada a que se entreguen a la pasión.

Tras ser testigo de una humillación que doña Paca le hace a Ángel Amado, Lolo le sugiere al conserje que se convierta en un profesional para que pueda librarse de la prepotente mujer; el engreído joven le resta importancia al consejo pues se considera suficientemente atractivo para poder superarse en la vida. Su autoestima es tan grande que interrumpe una reunión donde Marcia celebra sus logros académicos. Ángel Amado indaga por qué Marcia desistió de irse a Harvard.

Marcia y Ángel Amado no pueden disfrutar de una apacible tarde de domingo porque don Pepe les pide que cuiden a doña Carmiña -su inválida suegra-. Debido a que la mujer se pone impertinente, Marcia le suministra un somnífero suave. Al notar que la señora no tiene pulso, la joven se desespera así que Ángel Amado está dispuesto a declararse culpable para salvarla. La sorpresa se apodera de Marcia al descubrir que la razón de no haber encontrado pulso en el brazo de Carmiña es que ella usa uno de goma.

Ángel Amado se desconcierta porque la conserjería parece una oda al sexo. El muchacho llega al colmo de su sorpresa porque Aleisi lo trata con respeto y habla como todo un erudito en lugar de ser el campechano vigilante de siempre; Lolo ya no es homosexual sino un machista que maltrata a las mujeres; don Pepe ahora es aficionado al baño; Marcia se convirtió en una femme fatale -que sólo le importa irse de fiesta a la playa- y doña Paca dejó de ser conservadora.

Al descubrir que amaneció junto a Ángel Amado, Marcia es presa de la angustia pues teme que hayan hecho el amor. Ambos intentan levantarse a trabajar, pero la resaca se lo impide. Lolo los sorprende juntos y asume que sucumbieron a la pasión, ellos no pueden desmentirlo por no recordar lo ocurrido. Semanas después, Marcia se practica una prueba de embarazo por sugerencia de Lolo pues tiene un atraso en su menstruación.

Siguiendo una idea de Marcia, Ángel Amado finge que es homosexual ante el padre de Zoila, la nueva inquilina, para convencerlo de que nunca tuvo nada comprometedor con la muchacha. Marcia y Ángel Amado no se atreven a admitir que se aman porque cada uno imagina cómo el otro se burlará de esa confesión.

Cansado de la rutina, Ángel Amado ansía que el destino cambie su vida y la de Marcia; tras formular este deseo, los conserjes se sorprenden porque Enestino y Yorgledys -la pareja que acaba de mudarse al edificio-, les piden que cuiden su casa por una semana. Ya disfrutando de la buena vida en el penthouse, los jóvenes se enteran de que los buscan organismos nacionales e internacionales porque ahora son Ernestino y Yorgledys, unos delincuentes.

Doña Paca le confía preocupada a Marcia que, según una revista, el hombre puede volverse gay luego de varios años de matrimonio; la joven no se alarma pues está segura de que Ángel Amado nunca será homosexual; sin embargo, su opinión cambia al advertir que él se entusiasma por una llamada de Lolo. Marcia cree confirmar su sospecha al malinterpretar una conversación en la que Moreno Hermoso le expresa a Lolo su deseo de “tomar un nuevo rumbo en su vida porque no está conforme con lo que es”; por retirarse abrumada, la muchacha no se entera de que el muchacho pretende retomar sus estudios universitarios.

Doña Paca les muestra un maletín lleno de dinero a Marcia y Ángel Amado, quienes enfurecen al creer que quiere humillarlos; aunque no tenía esa intención, ella lo considera una buena forma de recordarles que son pobres; tras esto, admite que la valija es para ellos; los emocionados conserjes asumen que su jefa decidió recompensarlos, pero esa alegría se trunca cuando la señora les ordena depositarlo en su cuenta personal. En vista de que los jóvenes no están dispuestos a arriesgar sus vidas, la mujer amenaza con despedirlos.

Mientras Marcia intenta estudiar para un examen de medicina, Ángel Amado se extasía frente al televisor porque entrevistarán a Elda Clark, su artista favorita. Como su amiga le impide ver el programa porque ella necesita concentrarse, el joven la saca de la vivienda para desconcierto de doña Paca, don Pepe, Lolo y Aleisi, quienes se van presurosos hacia la vivienda al enterarse de que Clark saldrá en televisión.

La “ingenua” Zoila invita a los conserjes a una reunión en su casa. A solas con Ángel Amado, Marcia se niega a asistir porque tiene obligaciones al otro día y le prohíbe al joven que vaya solo para evitar suspicacias sobre su fingido matrimonio; no obstante, Moreno Hermoso se marcha mientras ella duerme. Al llegar a la fiesta, se lleva una gran sorpresa porque González es quien lo recibe.

Al llegar su primera Navidad juntos, Marcia se siente feliz; en cambio, Ángel Amado no muestra entusiasmo por las fiestas decembrinas; no obstante, le insinúa a su amada que deberían celebrarlas como una familia. Cuando están a punto de besarse, Lolo los interrumpe para que los tres reciban a medianoche las bendiciones del Espíritu de la Navidad, pero Moreno Hermoso no cree en ese ritual.

Ángel Amado le propone a Lolo que sea su padrino de bodas pues está seguro de que Marcia aceptará casarse con él; sin embargo, ella lo sorprende negándose a que conformen una familia porque carecen de casa propia y estabilidad laboral gracias a que Paca no ha dado garantía de que les renovará el contrato.

Doña Paca invita a Marcia, a Ángel Amado y a Aleisi a dejar un fin sus labores en el edificio para que vayan con don Pepe y ella a su resort; el trío acepta emocionado. Ya en el hotel, la alegría de los jóvenes termina pues su jefa les confiesa que sufragará la cuota anual de mantenimiento del resort con el trabajo que ellos hagan allí; tanto el vigilante como los conserjes acceden porque la señora amenaza con despedirlos.

Líderes mundiales se solidarizan con los conserjes, pero la paz peligra porque unos radicales brindan apoyo militar a la pareja pues corre riesgo de ser atacada con una poderosa arma química: un fétido calcetín de don Pepe. Entretanto, doña Paca enfrenta por teléfono al Presidente de los Estados Unidos porque él insiste en que deje a los conserjes irse de luna de miel. Gracias a una noticia que da el periodista Luis Enrique Caña, Marcia y Ángel Amado se enteran de que gringos y árabes invadirán el país.

Marcia teme que Ángel Amado se fije en otra mujer, él promete serle fiel, mas contempla con descaro a Zoila. Vestida de payasita, Belinda usa globos y pancartas para expresar su amor por Ángel Amado, quien a solas piensa que su esposa debió contratar a la señora para halagarlo; por su parte, Marcia acusa celos al creer que su esposo tiene una enamorada secreta.

En un nuevo experimento, don Pepe inventa un tónico para que pelo se le ponga negro, pero el joven está harto de tantos intentos fallidos así que lo echa en el lavamanos. Cuando Marcia se lava la cara, empieza a salirle barba negra. Luego de que el imprudente Aleisi descubre el nuevo aspecto de los conserjes, ellos se convierten en los hazme reír del edificio.

Al final de una quincena de trabajo, Marcia y Ángel Amado se percatan de que no tienen dinero ni comida para subsistir. Desesperados por su precaria situación, se desahogan con Belinda, quien les sugiere buscar empleo en el cine como actores de relleno; Marcia rechaza la idea por miedo a hacer el ridículo; en cambio, Ángel Amado sí pretende ir al casting porque está seguro de que lo elegirán para una película.

Al descubrir que su jefa está inconsciente y es arrastrada por el vigilante, Marcia contacta a la policía, pero la operadora se niega a prestarle auxilio porque debe atender primero dos denuncias de homicidio y otra sobre un maniático sexual. En vista de que la justicia está muy ocupada, la conserje opta por organizar a la comunidad para hacerle frente al criminal.

El doctor Malaparte le informa a Ángel Amado que las pruebas que le hizo a Marcia revelan que quedará estéril si no se opera rápido. Tras darle la noticia a su amada, Moreno Hermoso decide obtener el dinero para la intervención quirúrgica. Cuando él vuelve a la conserjería, Marcia intuye que aceptó la propuesta de su alma gemela pues ya pagó el adelanto de la operación. A fin de evitar que su esposo le sea infiel, la joven va a la clínica a recuperar el dinero, pero el administrador se rehúsa a devolverlo por lo que le plantea a los conserjes que lo usen en cinco endodoncias y tres fisioterapias.

Marcia se molesta con su esposo Ángel Amado porque prepara desayuno sólo para sí; tras esto, lo compara con el padre de él, a quien considera un descortés; en cambio, Moreno Hermoso cree que su progenitor es muy respetuoso. Esta opinión de conserje se desmorona cuando el señor Ángel Amado Moreno Bello llega a la conserjería sin avisar acompañado de tres amigos con los que pretende jugar dominó; como su suegro la trata como un ser inferior, la indignada muchacha, saca de su casa a los cuatro señores en forma violenta.

Además de salir al encuentro de Lizardi con las manos en alto, los inquilinos y Aleisi culpan a los conserjes de tener “el Zorro del Silencio”. Entretanto, Marcia y Ángel Amado pretenden entregarse a la justicia con dignidad; sin embargo, abandonan la conserjería arrodillados y blandiendo el cuadro. Ambos se desconciertan al ver el patio vacío pues ignoran que todos están disfrutando de una fiesta en casa del comisario Vargas.

Luego de recuperar sus cuerpos, que estaban en coma en un hospital, Marcia y Ángel Amado regresan a la conserjería; todos los vecinos huyen aterrados por creer que los jóvenes son fantasmas. Dios borra del destino lo ocurrido ese día para que los conserjes puedan recuperar su empleo porque se divierte mucho con esta serie humorística.

Belinda indaga si a Marcia le preocupa que la extorsionen con un fotomontaje; cuando la conserje duda que eso le ocurra porque no posee dinero, recibe una llamada de alguien que la intimida con unas fotos. La angustiada joven pone al tanto del hecho al inspector Lizardi, quien considera al supuesto extorsionador un bromista.

Marcia y Ángel Amado se enteran por televisión de que el grupo BPS: bombas porque sí –organización que se jacta de ser la única que apoya a los explotadores de bombas- detonó un edificio gubernamental con un maletín. En vista de que Moreno Hermoso considera que los medios usan la noticia para hacer una campaña de intriga, Marcia insinúa que las neuronas del joven son las están intrigadas porque no saben que hacer con él.

Marcia pretende que Ángel Amado valore el trabajo de conserjes aunque tenga aspectos desagradables; por su parte, el joven agradece con ironía que a doña Paca le guste la tacañería y se empeñe en humillarlos.

Frank Heineken –químico alemán del tercer Reich que vive en el piso tres del edificio- les confiesa a Marcia y Ángel Amado que creó un elixir de la sinceridad. Cuando el señor explica la fórmula con términos químicos, Marcia queda desconcertada a pesar de que estudia medicina. Preocupado porque los seres humanos perderán los escrúpulos si ingieren su brebaje, el científico les encomienda a los conserjes que se deshagan de él. Tras esto, el hombre es víctima de un desmayo a causa de la angustia que lo invade.

The Wall Street Joldan publica la noticia de que un audaz travestí frustró un crimen pasional, así que el engreído conserje se jacta de su heroísmo ante la indignada Marcia. Como su amada ya no confía en él, Ángel Amado resuelve irse para siempre; por temor a perderlo, ella acepta oír sus explicaciones. Aclarada la situación, Marcia manda a su esposo a dormir en el sofá para que no vuelva a mentirle.

En un nuevo día, la prensa somete a los conserjes al descrédito público con el burlesco titular: “El milagro del siglo: hombre estéril embaraza a su mujer”. Seguro de la infidelidad de su esposa, Ángel Amado resuelve abandonarla; por su parte, Marcia desea asumir su culpa lejos de la conserjería; la discusión es interrumpida por doña Paca, quien despide a la joven por infiel y al muchacho por cornudo; en ese instante, el doctor Malaparte llega a la vivienda dispuesto a aclarar algo.

Un emocionado Ángel Amado gasta todos los ahorros de Marcia y él en juguetes para su futuro hijo; su indignada esposa le recrimina que ya no tengan ni para comer, así que el conserje le plantea recuperar ese dinero con un empleo extra. La muchacha duda que eso dé resultado porque tienen poco tiempo libre y no pueden dejar las labores de la conserjería; cambia de opinión al descubrir en el edificio un aviso solicitando una pareja para cuidar a dos niños que viven en el piso tres.

El desconcierto del conserje aumenta cuando espía una conversación entre Marcia y el doctor Malaparte donde este último le confirma a la conserje su sospecha de que tendrá problemas con el padre del bebé. Tras esto, Moreno Hermoso increpa a su esposa para que le aclare la situación, pero ella lo evade. Durante los últimos seis meses del embarazo, el joven trata de enterarse sin éxito del secreto que le oculta su amada.

Ángel Amado se rehúsa a llevar veinticinco cajas de cerámica a casa de doña Paca; Marcia lo anima asegurándole que la señora le agradecerá ese servicio, pero la presidenta del condominio trata con prepotencia a los conserjes en vez de valorar que Moreno Hermoso subiera siete pisos por las escaleras con las baldosas al hombro. Los esposos quedan indignados por esa actitud.

Ansiosa por saber cómo será su futuro bebé, Marcia contacta a una “barrigomántica”; la señora se espanta al observar tres seis en el vientre de la joven, a quien le vaticina -en presencia de Ángel Amado- que dará a luz al anticristo; en ese instante, un crucifijo se destroza al caer sin explicación en el piso de la conserjería.

En dos meses, las titánicas tareas que debe realizar Ángel Amado casi le provocan un colapso; no obstante, doña Paca sigue exigiéndole sin compasión. Una indignada Marcia la enfrenta para que busque a alguien que la sustituya en la conserjería hasta que termine su reposo.

Al ser dada de alta, Marcia se lleva a sus hijos a la conserjería. Aunque la vivienda es humilde, Ángel Amado agradece que esté en una de las zonas seguras de la ciudad; pero de repente, se oye un fuerte tiroteo y una pareja entra al edificio armada y con un moisés idéntico al que tienen los conserjes. Como doña Paca pretende despedirlos después de que Marcia dé a luz, el conserje le plantea a su esposa que finja seguir embarazada para que no pierdan su estabilidad laboral.

Marcia le asegura a Ángel Amado que nadie puede resistirse a la magia, mas se percata de que está errada pues doña Paca bota a su esposo don Pepe de la casa porque desea ser mago. Compadeciéndose del señor, Moreno Hermoso le ofrece la conserjería para que ensaye sus trucos.

Ángel Amado despierta sobresaltado de una vivida pesadilla recurrente donde tratan de darle muerte con una guadaña. Cuando el conserje desahoga su angustia con Belinda, ella lo invita a contactar a un amigo suyo que es experto en reencarnación pues está segura de que ese hecho está relacionado con una situación karmática.

Don Pepe les regala a los conserjes muestras de su último invento para la irritación: “el polvo Jote”; además, promete devolverles el dinero si no les funciona. A solas con Ángel Amado, Marcia se alegra de que tengan empleo y vivienda; en cambio, el joven comenta con ironía que le parece insólito que no los hayan felicitado por su una condena a trabajos forzados y por vivir en un cuarto miserable; en ese instante, alguien los congratula vía telefónica pues resultaron ganadores de dos pasajes a las Bahamas.

Luego de sortear todos los obstáculos, Marcia se gradúa de médico. Tiempo después, Ángel Amado se convierte en el jefe de seguros de la clínica donde su esposa se desempeña como cirujano; ambos se alegran de que hayan podido librarse de las vejaciones de la prepotente doña Paca; no obstante, su felicidad se trunca pues la señora vuelve a ser su jefa porque compró la clínica con un dinero que se ganó en una rifa. FIN