Mariú

Piedad Sampedro, (madre de la protagonista) trabaja en una casa de familia. María Eugenia, que la va a buscar, se consigue con la sorpresa de que la han botado culpándola de ladrona.

Mientras Gálvez se reúne con Culebra, en la farmacia entran unas personas. Súbitamente estallan gritos de mujeres seguidos de unos disparos. Una señora sale despavorida advirtiendo que hay un atraco en la farmacia.

En la sala de interrogatorios, mientras que, Wilmer no puede esconder su miedo, Heriberto más sereno insiste en no mencionar a Mariú para que no aparezca implicada en el caso.

Mariú y Juan de Dios deambulan por la calle. Ella lo prepara mentalmente para que sepa cómo debe actuar ante la nueva y fugitiva vida que les espera. Ante el sonido de una sirena, María Eugenia -angustiada- reza para que la patrulla se aleje y no la atrapen.

El asustado Wilmer, que no está dispuesto a pagar por la muerte de Coralia, le confía a Emiliano que no fue él quien disparó. Gálvez lo escucha atento pues el detenido está decidido a revelar quien es la campanera.

Mientras que, a cierta distancia vienen avanzando los policías. María Eugenia, ignorando el peligro que corre, continúa limpiando los vidrios de la patrulla sin reparar en ellos.

: Emiliano y Cornelio se enfrentan a muerte. Cada uno peleará ante un tribunal la patria potestad de los niños.

Gálvez que ha detectado el miedo en Mariu, -peligroso- se le acerca para advertirle que las personas que siempre tienen miedo son los delincuentes. Mariú tiembla y suda frío ante la posibilidad de ser descubierta.

En el apartamento de Emiliano, se presenta -inesperadamente- Cornelio, quien se asombra al encontrar a Mariú con la pijama de Gálvez. Sin educación se dirige a la desconocida mujer, pues cree que su yerno no perdió tiempo para suplantar a su hija.

Mariú se presenta en la sede principal de la policía buscando a Emiliano para contarle toda la verdad.

Emiliano se enfurece cuando Heriberto le advierte a Wilmer que no hable y se le enfrenta al policÌa diciÈndole que no cree en el supuesto detector de mentiras. Emiliano, fuera de sÌ, saca su arma dispuesto a matar a los jovenes.

Emiliano se alegra al saber que ya se encontro una huella digital de la "campañera" que actuo en el asalto. El hombre asegura que ahora sÌ conseguira ala asesina de su esposa.

Emiliano llora mientras le cuenta a su amigo JeremÌas que Coralia estaba embarazada de gemelos cuando la mataron y siente que este nuevo dolor es demasiado para Èl.

Grecia insulta sin compasion a Emiliano y lo acusa de ser un asesino sin dejar que el hombre se defienda. Emiliano agarra una botella dispuesto a embriagarse mientras se confiesa a sÌ mismo que el dolor que siente lo est· volviendo loco.

Garcisilva trata de que Emiliano entre en razun pero el dolor tiene al joven al borde de la locura y, luego de discutir con todos sus amigos toma un arma decidido a quitarse la vida.

Garcisilva ordena que dejen en libertad a AndreÌna y le pide a Marco Tulio y a JeremÌas que se esfuercen en encontrar datos acerca de la mujer que buscan para que cuando Emiliano se despierte de la cura de sueño puedan darle ese gusto. Los hombres se dirigen a la habitacion de Galvez y se encuentran con que el joven se escapo.

Mariu se angustia al ver llegar al pueblo a Tibizaida y Avelino.

Mariu conversa con el Padre Justino sobre el reclamo publico que Èl hiciera en la plaza cuando Tibizaida toca a la puerta buscando al sacerdote y la muchacha se asusta pensando que la van a descubrir.

Mariu se aterra cuando Tibizaida pide ver al niño enfermo que se encuentra en la casa y Amada acepta llevarla hasta la habitacion.

Mariu logra que Emiliano abra los ojos y nuevamente le dice que ella es la mujer que Èl anda buscando.

Cornelio le pide a su abogado que busque la manera de poder quitarle sus nietos a Emiliano para siempre.

Mariu se asusta cuando Emiliano le pregunta a Anselmo si Èl es familia de MarÌa Cristina Vicario.

Alejandro comienza a golpear sin compasion a la piñata y hace caso omiso a los gritos de MalaquÌas. Amada ruega pidiendo que no sigan golpeando al hombre y cuando la piñata cae al piso y se abre descubre a un MalaquÌas herido que se desmaya luego de recitarle una breves palabras de amor a Amada, quien llora destrozada creyendo al joven muerto.

Mariu conversa con el Padre Justino y Èste, al intuir lo que hay detras de sus palabras, le pregunta si ella esta enamorada de alguien.

Mariú, molesta por la actitud de Emiliano, le dice que ella le va a decir quién es María Cristina Vicario.

Emiliano le pide disculpas a Mariu por la discusion que tuvieron y, cuando ella acepta perdonarlo, Èl la abraza sorpresivamente y la besa apasionadamente.

Mariu, angustiada, le dice a Emiliano que ella nunca presento a Juan de Dios y el hombre, debido a esto, le pide que se tranquilice y entienda que entonces debe dejar que los funcionarios se llevan al niño pero la muchacha no quiere ceder.

Mariu acepta ante el Juez que el padre de su hijo es Emiliano y el Juez le pide al hombre que lleve testigos que apoyen su declaracion.

Emiliano le explica a Marco Tulio quÈ fue lo que lo motio a reconocer a Juan de Dios como su hijo cuando llega Maru y, a solas con el hombre, le da un beso en la mejilla en señal de agradecimiento por lo que hizo.

Mariu le plantea a Emiliano su idea de decirle al Juez toda la verdad y el hombre se molesta aclarandole que ya no pueden dar marcha atras. La muchacha le pregunta quiÈn se ocupara de Juan de Dios cuando Èl se case y el joven, divertido, le dice que primero tiene que averiguar cual de las dos mujeres que le han hablado de matrimonio le gusta mas e inesperadamente la toma en sus brazos y la besa apasionadamente.

Mariu regaña a Juan de Dios porque todo se lo cuenta a Emiliano y el nio se disgusta argumentando que no la entiende. La muchacha piensa que ella misma tampoco se entiende pues los besos que le da Emiliano le gustan aunque sabe que eso no esta bien.

Mariu le dice a Emiliano que Èl no deberÌa insistir en tenerla cerca pues ella podrÌa ser una criminal.

Mariú se dispone a salir del penal cuando ve a Emiliano entrando en el lugar.

Mariú le recuerda a Emiliano que ella se casará muy pronto y él le dice que no cree en ese matrimonio.

Emiliano le dice a Grecia que si Mariú se encuentra en su casa es porque no tiene nada de qué avergonzarse y le aclara que él jamás dejará de amar a Coralia. Repentinamente la mujer le pregunta quién fue la persona que mató a su hija y Emiliano le responde que fue María Cristina Vicario y le promete que no descansará hasta encontrarla y hacerla pagar por lo que hizo.

Ambar, directa le pregunta a Emiliano si ha pensado en casarse con Mariú y, ante la falta de respuesta de él, le entrega una carta que le pide que lea y luego le diga si todavía quiere casarse con la muchacha.

Roberto inventa una excusa para justificar la sangre que los policías encontraron en su casa y Emiliano le exige le muestre la cortada que supuestamente se hizo.

En el consultorio, Isaac le dice a Mariú que deben hacerle una transfusión de sangre a Heriberto y la muchacha se ofrece como donante.

Mariú decide contarle a Juan de Dios sobre el atraco y que ella es María Cristina Vicario, la mujer que Emiliano anda buscando para ponerla presa.

Mariú se enfurece en contra de Emiliano cuando Ambar se jacta ante ella de la noche de pasión que pasó con el hombre y le dice que lo mejor que puede hacer es desaparecer de una buena vez de la vida de todos ellos.

Emiliano y Mariú llegan al club mientras conversan sobre la detención de Piedad y el joven intenta explicarle que él tuvo razones para ordenar su arresto, sin embargo Mariú se enfurece con cada palabra y le pregunta si es esa vida llena de violencia, injusticias y muertes la que él quiere que ella acepte.

Ambar llega del club con los niños y se sorprende cuando Emiliano, frente a sus hermanas y a Mariú, le pide que se casen cuanto antes.

Emiliano decide ir a la capital y le pide a Lázaro que lo acompañe pues desea que presencie lo que va a hacer y acepta llevar a Mariú. La muchacha quiere dejar a los niños encargados a Magaly y el hombre comenta que Ambar se ocupará de sus hijos pues pronto será su madre, sin embargo Mariú le aclara que, aunque él se case con la doctora, ella jamás será una madre para esos niños.

Mariú se enfurece por lo que le dice Emiliano y le asegura que odia su compañía.

Amada sufre un fuerte impacto cuando Mariú se sincera con ella y le cuenta todo sobre el asalto a la farmacia y que ella es María Cristina Vicario, la mujer que Emiliano cree que mató a Coralia.

Alejandro y Malaquías se sorprenden cuando Amada les recuerda su decisión irrevocable de no querer casarse.

Ambar insiste en discutir con Emiliano por Mariú y el joven, realmente molesto, le advierte que si no cambia su manera de ser no habrá boda pues él no está dispuesto a poner en el lugar de Coralia a una mujer que dista mucho de parecerse a ella.

Emiliano le pide disculpas a Mariú y le promete que se irá lejos antes de besarla sorpresivamente, caricia que la muchacha acepta sin resistirse.

Aurora, molesta, le reclama a Emiliano su falta de seriedad al estarle proponiendo matrimonio a dos mujeres a la misma vez.

Ambar sigue rogándole a Emiliano que no la deje y lo besa mientras Aurora los observa sin que ellos se percaten de su presencia.

Emiliano se enfurece cuando Ambar le prohibe a Mariú que entre en su casa a ver a Alejandro.

Mariú le cuenta al Padre Justino que tomó la peligrosa decisión de casarse con Emiliano y el sacerdote le pide que le explique en dónde radica el peligro de ese matrimonio.

Mariú le expone a Andreína sus sentimientos y le sugiere que hable con Emiliano asegurándole que, si el joven la prefiere, ella se apartará dejándole el camino libre.

Mariú no aguanta más los insultos de Emiliano hacia Andreína y se enfrenta al hombre reclamándole su actitud con la muchacha pero él, extrañado, le pregunta por qué ella la defiende.

Andreína busca a Ambar y le dice que ella le puede revelar un secreto que puede impedir el matrimonio entre Emiliano y Mariú, la muchacha se arrepiente de inmediato e intenta irse pero Ambar la persigue y le exige le diga lo que sabe.

Mariú se impresiona cuando Andreína desahoga su rabia y le jura que si Emiliano no es para ella tampoco será suyo.

Andreína llega feliz a su casa diciéndole a Piedad y a Roberto que ya hizo lo que debía para evitar el matrimonio entre Mariú y Emiliano pero tras ella llega Anselmo y le aclara que se equivoca pues la pareja sí va a casarse y él mismo oficiará la ceremonia

Casualmente, Tibizaida visita la casa de Ambar y encuentra la carta que Mariú le dirigiera a Emiliano confesándole la verdad y, triunfante, asegura que ahora sí se vengará de la muchacha.

Anselmo saca a Mariú del salón y la lleva hasta donde la espera Piedad. La muchacha se alegra mucho al ver a la mujer pero ésta la recibe dándole una fuerte bofetada y diciéndole que ella ya no es su madre, actitud que sorprende mucho a Mariú y a Anselmo.

Mariú y Emiliano se reiteran el amor que los une y juran que se amarán hasta la muerte.

Heriberto le reprocha a Wilmer por hacerle perder el tiempo en la carcel, en vez de haber pedido una tregua. Luego recibe una noticia que le da felicidad.

Emiliano se molesta cuando Jeremías le cuenta que ha sido imposible encontrar a María Cristina Vicario a pesar de haberla buscado durante tantos años.

Anselmo le entrega a Andrés el cheque que mensualmente envía Mariú cuando llega Piedad y le pide al joven le entregue el cheque pues ella lo va a depositar en una cuenta que tiene abierta en un banco a nombre de la joven pues ella sabe que su hija algún día, cuando todo se descubra, va a necesitar tener dinero para enfrentarse a lo que Emiliano pueda hacer en su contra.

Benigno le comenta a Alejandro que no existen pruebas concretas que señalen a María Cristina Vicario como la asesina de Coralia por lo que existe la posibilidad de que la mujer sea inocente.

Mariú se encuentra en el restaurante de Piedad cuando Avelino se presenta ante ella y le dice que la pobreza que está atravesando lo tiene desesperado y que si ella no le da dinero él está dispuesto a contarle a Emiliano que ella es María Cristina Vicario.

Emiliano se molesta cuando intenta un acercamiento con Mariú y ella mantiene una actitud distante con él.

Juan de Dios se impacta cuando Tibizaida se presenta ante él y le recuerda que ella es su verdadera madre.

Tibizaida está feliz por tener a Juan de Dios en su casa cuando Mariú irrumpe en la misma causándole un gran disgusto a la otra mujer.

Emiliano le exige a Andreína que se quite la careta y le diga la verdad de una buena vez.

Emiliano recapitula todos los pasos seguidos en la búsqueda de María Cristina Vicario y da por sentado que es verdad que se trata de Mariú aunque Jeremías le advierte que no debe creer tan ciegamente en eso pues va a arruinar su vida.

Mariú abraza a Emiliano tratando de consolarlo pero el joven la aparta violentamente y le dice que ella no es su esposa pues la única esposa que él ha tenido fue asesinada por unos delincuentes hace seis años y que solo tiene dos hijos, Cinthia y Emilito pues todo lo demás es mentira. La muchacha lo observa desconcertada y le pregunta qué le ocurre pero él parece no reconocerla y se marcha

Emiliano le dice a Apolinar que la misma Mariú admitió que es cierto lo que dice el anónimo pero que aún así él quiere saber quién lo envió. Apolinar le cuenta que la carta se la entregó una novia que tiene llamada Mileidy y Gálvez le pide lo lleve a hablar con la mujer.

Emiliano interroga a Avelino y le exige le diga quiénes son los verdaderos padres de Juan de Dios.

Emiliano le ordena a Romerito que se lleve detenida a Mariú y Juan de Dios, llorando, se le enfrenta diciéndole que tendrá que matarlo para sacar a su madre de esa casa como si fuera una delincuente.

María Eugenia escucha, tras los barrotes de su celda, la ira con que Emiliano la insulta.

Emiliano, implacable, le exige a Mariú que firme la declaración en su contra. María Eugenia se niega a hacerlo pues ella no es la asesina de Coralia.

Emiliano decide ir hasta la Ptn y preguntarle a Mariú sobre la carta. Avelino, quien ha escuchado la conversación, interviene para alegar que sabe sobre el paradero de la carta.

Jeremías lleva a Mariú hasta la oficina de Emiliano para someterse al interrogatorio. Allí Gálvez, Sarcástico, le pregunta a Wilmer quien es la asesina de Coralia.

Heriberto le pide a Mariú que, al quedar su inocencia comprobada, se case con él. La joven, llena de tristeza, le aclara que eso no va a poder ser pues ella no lo ama y también porque no sabe cuánto tiempo estará recluida en la cárcel pues Wilmer ha declarado en su contra.

ya en el sitio donde ocurrió el robo Mariú explica como pasó todo. Benigno, convencido de la inocencia de la joven, le recalca a Emiliano que es imposible culparla de la muerte de Coralia ya que es zurda y de acuerdo al ángulo de tiro es imposible que lo haya hecho.

Wilme aún se encuentra renuente para decir la verdad. Emiliano lo precisa y al joven no le queda más remedio que decir que María Eugenia no disparó.

Obdulio y Romerito van a felicitar a Emiliano por la decisión que tomó de dejar en libertad a Mariú pero Gálvez, en un arrebato de rabia y soberbia, los echa de su oficina.

Heriberto siente que ha ganado la batalla y le advierte a Emiliano que se irá de la casa junto a Mariú ya que él no tiene ningún derecho sobre ella.

Mariú ha terminado de recoger sus cosas, mientras Emilito y Cinthia le piden, llorando, que no se marche. De pronto, Emiliano, quien ha llegado de casa de Hermágoras, al escuchar a sus hijos estalla de los celos pidiéndole a los jóvenes que no la llamen mamá pues la única madre que ellos han tenido se llama Coralia de Gálvez.

Emiliano continúa sus acusaciones contra todos los que según él festejaban la burla de Mariú. Es inevitable reflexionar sobre la posibilidad de que el comisionado esté equivocado. La pregunta ahora es: ¿qué haría el hombre si algún día se da cuenta que fue implacable con la mujer que lo ha amado sinceramente durante estos últimos años?

el temor de Mariú queda evidenciado en las líneas que Emiliano lee. Efectivamente, la joven cuenta lo ocurrido en la farmacia, su reencuentro y la lucha por no enamorarse de su verdugo. El amor que siente por el policía no le permite engañarlo y por eso escribió esas líneas. Benigno y Justino esperan la reacción de Emiliano, el rostro de Gálvez encierra el desconcierto ante lo que lo que acaba de descubrir.

el comisionado Gálvez no busca que su esposa lo comprenda, su única esperanza es que lo perdone. Pero -con gran firmeza- Mariú alega que ya es tarde para el perdón.

Emiliano se niega a firmar muy a pesar de la decisión de su amada.

María Cristina no desea deberle nada a Emiliano muy a pesar de que el afirme ser el origen de todo lo que ella tiene en la vida. Ante la incomodidad y en un acto inesperado, Emiliano le exige le devuelva todo lo que le ha dado empezando por sus besos. El asombro es general, Mariú no puede esconder el desconcierto que le causa tal petición.

Piedad acompaña a Mariú en la clínica y por la nobleza con que su hija le cuenta los hechos le advierte que no debe olvidar todo el daño que le hizo Emiliano. Mariú, enfurecida, le dice a su madre que pase lo que pase ella estará al lado de Gálvez.

Mariú sale a buscar a Benigno ya que Emiliano desea entregarle su renuncia. Gálvez, con nostalgia al ver salir a Mariú, piensa que aunque ella lo haya dejado de amar él le pedirá perdón toda la vida.

Emiliano no aguanta los celos que tiene, mientras que Izaguirre, pausadamente, le reafirma que ama a Mariú. En ese momento entra María Eugenia a quien Emiliano le exige una explicación. Mariú, desenfadada, le alega que Izaguirre la ama y que no ve ningún problema pues él no es el único hombre que se fijó en ella.

Cinthia desea que su padre confíe en ella. María Eugenia le pide a Emiliano hablar a solas considerando ésta la única opción para hacer que él entre en razón y así no se interponga en la felicidad de su hija.

Ante la insistencia de Emiliano y la intervención de Demetrio, María Eugenia le da una nueva oportunidad a su esposo para que hable. Cuando ella intenta irse, él la toma entre sus brazos y no pudiendo controlarse, la besa. María al reaccionar le da un pellizco en un intento por soltarse del hombre. Dolido por la reacción, le pregunta si hubiera sido el doctor Izaguirre su actitud también hubiera sido de rechazo. Las palabras son como un puñal en Mariú quien no disimula su rabia ante tal insinuación.

Emiliano comienza a sucumbir a las caricias de Ambar. Acostados en el sofá y a medio vestir, Mariú los descubre al irrumpir inesperadamente en el lugar. Gálvez –ante la embarazosa situación- intenta explicarse.

El sitio especial donde es llevada Mariú e Izaguirre es un hermoso asilo de Niños. La joven Sanpedro observa el lugar conmovida sin contar que allí iba a toparse con Emiliano, quien al verla de la mano de Leonardo no puede evitar sentir celos y le exige de inmediato que la suelte.

Emiliano está, nuevamente, en su apartamento. Allí conversa con Juan de Dios quien le reprocha, duramente, el comportamiento hacia su madre.

tras revelar que Emiliano no es hijo de Alejandro, Ana Mercedes acusa a su exesposo de ser un cobarde que mandó a matar al verdadero padre de Emiliano. La situación se ve interrumpida cuando Mariú irrumpe en el lugar acusando al excomisionado de ser un chismoso.

Emiliano reconoce sus errores; su actitud agresiva e irreflexiva lo llevó a atropellar a todos sus afectos sin importarle nada; su mayor excusa era agarrar y castigar a los asesinos de Coralia. Manipuladora, Lidia desea saber cuál fue la oportunidad que le brindaron a su prima antes de acabar con su vida.

Hermágoras tiene un secreto producto de una promesa. Lo que si vaticina es que a Emiliano no le va a agradar

Cinthia le pide a Mariú confíe en ella. María Eugenia está tan dolida que desea poner distancia entre ella y Emiliano. Ha estado en varias oportunidades a punto de perdonar a su esposo, pero siempre ha existido una mujer en su camino. La rabia y la vergüenza ante la afirmación de Lidia Antonia de la petición matrimonial de Gálvez a la mujer es la gota que rebasó el vaso. Mariú rompe en llanto al tiempo que busca consuelo en brazos de su hija.

Ya el vuelo de Mariú ha sido anunciado. Emiliano no resiste la tentación, y acercándose hasta la joven, le pide un beso de despedida.

Ya todos se han marchado del aeropuerto, Mariú junto a Izaguirre se quedan accidentados en medio de la autopista. Emiliano, quien viene acompañado de Lidia Antonia, no puede dejar de pararse al ver a su amada accidentada.

La terquedad y los celos de Emiliano entorpecen la labor de Izaguirre. Mariú no soporta la situación y furiosa le advierte que se trata de la vida de su hermana.

La testarudez de Emiliano no tiene límitesl, acude a la casa del Juez Celestino para ver con sus propios ojos el libro de actas donde quedó asentado su divorcio.

Emiliano acusa a Mariú de traicionarlo; la mujer le echa en cara que ella no aceleró ningún proceso de separación de cuerpos, no precipitó ningún divorcio. La interrogante que queda abierta es: ¿quién tendría tanto interés para tomarse la molestia de acelerar el proceso? Afuera de la casa de los Rojas, Cornelio está esperando a Emiliano; una vez que este a solas lo matará.

Ya en la Policia, Benigno da la orden de que trasladen a Emiliano a una celda especial. Izaguirre, movido por la rabia, le advierte que Gálvez debe enfrentar todo el rigor de la ley, el mismo que enfrentó Mariú siendo inocente.

Mariú junto a Jeremías visitan a Emiliano. De pronto entra Piedad quien llena de ira al percatarse de la comodidad de la celda de Emiliano, le confiesa a Gálvez que Mariú se casa al día siguiente con Izaguirre.

Jeremías recoge los últimos detalles de la reconstrucción de la muerte de Cornelio. De pronto entra Grecia, acompañada de Celso y unos abogados, para advertirle a Emiliano que está hundido.

Piedad amenaza a su hermano pues si él ayuda a quien considera su enemigo deberá borrarla de su memoria, de su vida y de su familia.

Emiliano le pide respeto para con la mujer. El maracucho no sabe qué pensar de su amigo pues Lidia no tiene ningún mérito sobre su libertad; su libertad se la debe a María Eugenia Sampedro. Sin importarle nada, Hermágoras acusa a Lidia Antonia de ser una intrigante y a Emiliano de ser su títere. Sale dejando a Lidia y a Emiliano atónitos.

Emiliano contempla a lo lejos a su amada bailando con Isaac. Mariú le ha pedido tres años de plazo; él está dispuesto a darle su vida. La serenidad y el amor al fin han llegado a la vida de Emiliano Gálvez Escorza en la persona de María Cristina Vicario.