Los Pitufos (Doblado)

El Niño del Bosque y Laconia, el Elfo Muda y Sorda, piden a Papá Pitufo que celebra su boda. Mientras los pitufos preparan la fiesta, Gargamel hace su aparición.

Natural y Travieso roban la fórmula de Gargamel para hacer otro Pitufo. Otra pitufa. Crean a Sassette que solo crea problemas. Con su poción, Papá Pitufo la convierte en simpática.

Gargamel lanza un hechizo sobre la nueva cama de Papá. Quien duerme en ella es trasladado al lugar con el que sueña. Así los pitufos acaban en casa de Gargamel.

Las bromas de Bromista van demasiado lejos cuando Clorhidris es la víctima. Se venga de los pitufos con un hechizo que les roba su sentido del humor, pero Gruñón rompe el hechizo.

Homnibus les da un perro a los pitufos. Al animal le gusta su nuevo hogar, pero Balthazar lo captura, pensando que los secretos mágicos de los pitufos están en su collar.

Los pitufos se pelean y contratan a un lanzador de tartas enmascarado para vengarse de otros pitufos. Cuando se descubre que Bromista es el enmascarado, Papá lo defiende.

Los Pitufos quieren recuperar una concha marina para liberar a un ermitaño de la Bruja del Mar, la cual le maldijo. Los Pitufos consiguen recuperar la concha y rompen el maleficio.

Un monstruo del pantano secuestra a Bebé para regalárselo a una bruja, que se sorprende cuando Bebé le muestra afecto, porque cree que nadie la quiere, pero se equivoca.

Soñador decide visitar a sus amigos los swoofs. Papá crea una pócima para que los pitufos parezcan alienígenas, pero dura poco y Soñador debe aceptar que los swoofs no existen.

Pitufina guía a los Pitufos de caminata, pero Puppy se adelanta y acaban en el territorio de los Wartmongers. Su Rey les aprisiona, pero un grupo de rebeldes los rescata y huyen.

Gargamel vierte una pócima pegajosa sobre Torpe. Quien lo toca, se queda pegado a él. Es el propio Gargamel quien crea un antídoto cuando los pitufos quedan pegados a su nariz.

Los pitufos intentan enseñar buenos modales a Gigantón, cuando Gigantona lo echa de casa. Ella ya tiene otro pretendiente, pero se da cuenta de que echa en falta a Gigantón.

Los pitufines acompañan a Lanudo a conseguir lana para el invierno. Superan obstáculos como Gargamel, un lobo y un pastor, que no acepta fresas como pago por la lana.

Un diablillo, maestro en juegos, reta a los pitufos a una competición. Los convierte en piezas rígidas y fuerza a Gruñón, que nunca gana, a jugar por la vida de los pitufos.

Bullrush, el arrugoso, entra en pánico porque la cosecha de lodo ha fallado. Captura al pitufo Granjero para solucionar el problema, quien instala un sistema de irrigación.

Al perder sus gafas, Pitufo Filósofo es tan patoso como Pitufo Tontín, que tiene que ayudarle. Esto hace que culpabilice por burlarse de Tontín. Ahora le trata con más respeto.

Gargamel y Balthazar usan un robot gigante para forzar al rey Gerard a entregarles el pitufo Robotín, pero el nuevo amigo de este último, Gigantón, detiene al robot.

Filósofo recorre el bosque ayudando a los animales. Sobre todo les da consejos y se echa atrás cuando puede salvar la vida de un gato salvaje perseguido por Gargamel.

En el Día de la infelicidad, los pitufos deben ser infelices para valorar su felicidad durante el resto del año. Gargamel inventa un detector de felicidad y lo usa justo ese día.

Los pitufos deciden que Papá necesita descansar e intentan resolver sus problemas solos. Papá se siente obsoleto, pero Homnibus le muestra que los pitufos no podrían vivir sin él.

Los Pitufos navegan para salvar a Marco, que ha sido capturado por el Capitán Pedro Pimienta. Marina y un delfín acaban liberando a Marco.

El rey Symphonium envía a su pelícano para que traiga a su isla la orquesta de Filósofo. Soñador coge su barco para rescatarlos, pero se marea y Filósofo debe tomar el timón.

El pitufo Travieso pierde su osito de peluche y no puede dormir. Gargamel se topa con la Aldea Pitufo, pero el peluche vuelve transformado en oso gigante y lo espanta.

Filósofo invita a todos los pitufos a su fiesta, pero los echa uno a uno cuando no se divierten como él indica. Ellos montan su propia fiesta y hasta aceptan a Filósofo.

Los pitufines huyen porque no se sienten queridos. Se llevan algunas cosas y los pitufos creen que hay un ladrón. Se instalan alarmas, cuyo ruido hace que los pitufines vuelvan.

Papá Pitufo envía una nota avisando de una cometa, pero se rompe. Los Pitufos la leen y creen que es el fin del mundo. Planean su último día hasta que Papá Pitufo clarifica el lío.

Gargamel crea un hechizo que hace que Puppy piense que es un gato. Papá consigue una receta para revertir el hechizo y Gargamel se acerca tanto que se convierte en un gato.

Los pitufos quieren un poema para cada uno de ellos. Poeta no puede con la presión y se va a buscar inspiración. Es capturado por un rey, que quiere un poema para su hija.

Una bruja hechiza a los pitufos para que se quieran a sí mismos y no entre ellos. Vanidoso no estaba en ese momento y nota el cambio. Rompe el hechizo con una tarta mágica.

Los pitufos varones compiten en un concurso de Míster Pitufo. Gargamel se cuela en el concurso después de encogerse con un tinte azul, para atraparlos cuando vuelva a ser normal.

Pitufina promete a Madre Naturaleza que, si crea una rosa azul, nunca la cortará. Una rosa blanca se vuelve azul y Pitufina, blanca. Sólo cortándola se volvería a la normalidad.

Gargamel lanza un hechizo a la flauta de Leñoso para que su música sea mala. Gargamel captura a los pitufos, pero Sassette los salva diciéndole a Gargamel que lo quiere.

Los Pitufos admiran a Genio al ver el álbum de Papá Pitufo. Gargamel roba las varitas de Madre Naturaleza y captura al pueblo. Pero Genio recupera las varitas y las devuelve.

Para dar un poco de sosiego a Papá, Filósofo conjura una barrera de sonido alrededor de la aldea. Papá envía a los pitufines a por un creador de ruido para romper el conjuro.

Los pitufos se entretienen tanto con el nuevo juguete de Genio que olvidan alimentar a Puppy. Gargamel lo atrae con comida y pide los secretos de los pitufos como rescate.

Gargamel roba el reloj de arena de Padre Tiempo para retroceder en el tiempo y destruir a los pitufos, pero su plan se arruina, porque el hechizo sólo funciona si nadie lo ve.

Los pitufos malinterpretan la orden de Papá de dedicar un día de trabajo a los pitufines y se pasan el día trabajando. Una forma de olvidarse del trabajo es acudir a su rescate.

Los pitufines rescatan a los pitufos de Gargamel a tiempo para la ceremonia de la primera palabra de Bebé, que es “Gargamel”. Papá dice que eso indica que reconoce el peligro.