Amor a Palos

Tras recibir una llamada misteriosa, Ana Jesús auxilia a Patricia, quien ha sido víctima de un ataque en el estacionamiento del Congreso.

Juan Marco declara que renuncia a la defensa de Ramón Tavares porque no puede estar del lado de un hombre que es capaz de golpear a una mujer.

Tavares entra al recinto, intimidando a la joven Ana con su presencia.

Ana sugiere a su tía que Numa puede estar divorciándose de ella a sus espaldas, ésta se muestra renuente a aceptar la idea.

Juan planea su próxima jugada para conquistar a Ana Jesús.

Juan va a buscar a Ana Jesús para salir, ésta lo sorprende al descubrirle que Selena los acompañará.

Wilfre y Rocío llevan a Ana Jesús los dos regalos que el hombre misterioso le ha dejado.

Ana comparte con Juan que entregará a su tía su cheque de los honorarios porque la considera como su madre.

Ana descubre que quien la busca en el carro es Patricia Lara.

Tras conseguirse a Patricia en el spa, Oriana recuerda que presentó a PIERRE a la periodista hace muchos años.

Patricia es abordada de nuevo por el desconocido que la persigue, la mujer pide a gritos que no le haga daño.

Tras regalarle una romántica canción entonada por un coro de niños en un teatro reservado sólo para ellos, Juan Marco pide matrimonio a Ana Jesús

Juan y Pamela conversan sobre la distribución de bienes después del divorcio.

Coronel reúne a la familia Amaral para anunciar que Ana Jesús ha aceptado casarse con él.

Pamela irrumpe en la oficina, intrigada por la presencia de Amaral.

Buscando evadir el acoso de Verónica, Juan Marco explica a la mujer que está enamorado y piensa casarse.

Juan Marco propone a Ana que lo ayude a cambiar, pues desea amarla limpiamente; la joven lo escucha conmovida.

Compartiendo la ilusión que sienten al imaginar una vida juntos, Ana y Juan Marco se besan enamorados.

En medio de la discusión entre Oriana y Juan, llega Victorino. Coronel descubre que él es el amante de su esposa.

Pamela intenta calmar el sufrimiento de Juan Marco, quien desea tener un hijo con Ana Jesús para darle alegría a su vida.

Unas manos misteriosas vierten un polvo blanco en las copas de los Ponce.