Camaleona

Natalia y Juan Pablo tropieza en un centro comercial; el joven la reconoce como Mariamoñitos, ella se emociona saber que él todavía la recuerda.

Natalia se asusta al ver a Ramón estrechando la mano del comisario con quien ella está a punto de poner la denuncia.

Luzardo recibe un misterioso sobre que contiene una foto de Gladis y su rostro se transforma de la ira.

Elena sale a pasarela en ropa interior y para su sorpresa en pleno desfile la joven cruza la mirada con Juan Pablo.

En la emergencia de la policlínica, Natalia se siente descubierta cuando la enfermera solicita su documentación delante de Juan Pablo.

Reynaldo recibe un sobre de manos de Esther con toda la información acerca de la vida de Juan Pablo Alcántara.?

Una vez en la oficina, Reynaldo, con autoridad, le exige a Juan Pablo respetar a su familia, incluyendo a Mercedes, quien entra de improviso.

Natalia decide dedicarse a tiempo completo a su trabajo periodístico así que se viste con una chaqueta negra y se marcha.

Natalia llama a Reynaldo para amenazarlo

A solas, Natalia trata de descubrir el rostro de su héroe, pero Juan Pablo no se deja quitar el casco.

Alcántara le agradece a Luzardo que confíe en él pero insiste en preguntarle quien cree que lo espía.

Aclarado que ni Elena tiene ninguna relación con Gustavo ni Juan Pablo con Mercedes, la pareja se besa de nuevo.

Elena se aterra cuando escucha el nombre de Reynaldo Luzardo, quien se encuentra a su lado esperando para declarar en el caso de Gladis Hurtado.

Natalia le anuncia a Juan Pablo que el dueño de la clínica donde trabajaba Gladys Hurtado es Reynaldo Luzardo.

En medio de una discusión, Elena le pide a Alcántara ver su llave de la caja fuerte.

En una reunión se encuentran presentes todos lo colegas del periódico quienes se sorprenden al escuchar que Casanova renuncia a su trabajo.

La nota de Elena llega a las manos de Reynaldo. Octavia está intrigada por lo que Reynaldo pudo haber leído.

A pesar de disculparse con Maríamoñitos alegándole que no desea hacerle daño, Juan Pablo vuelve a besarla.

Alcántara lleva a Maríamoñitos a su casa; la joven le agradece haberle regalado el mejor día de su existencia.

Juan Pablo anuncia frente a una furiosa Octavia y un impaciente Luzardo que las personas implicadas en el robo son Lucas y Ramón.

Matías no puede evitar el llanto cuando Mariángel trata de hacerle entender que, aunque el corazón de Astrid lata todavía, ella ya no vive.